Angustia, desesperación y miedo son algunas de las sensaciones que a diario experimentan cerca de ocho familias en distintos puntos del país por la desaparición de uno de sus integrantes menores de edad.
La data nacional se condice con la información que se recoge de las comisarías y de la División de Investigación Criminal (Divincri) de Arequipa, encargarda de investigar estos casos a través de la oficina de Trata de Personas.
Según cifras oficiales en la ciudad, durante el año pasado, se reportaron 690 personas desaparecidas de las cuales 389 fueron menores de edad, la mayoría niñas y adolescentes.
SIGUEN PERDIDOS
De acuerdo a información proporcionada por el Cnel. PNP Carlos Urbina, jefe de la Divincri, del total de desaparecidos durante el 2019, 683 personas aparecieron y los 7 que aún son buscados son mayores de edad.“En el caso de los menores es raro que no sean ubicados, la mayoría o casi todos retornan a casa o son encontrados por la Policía después de unos días”, apuntó.
Durante el presente año son 104 los desaparecidos, de los cuales 63 fueron menores. Esta semana se registró uno de los últimos casos. Jennifer, una niña de 12 años, dijo a su familia que saldría de casa ubicada en Cerro Colorado para jugar, pero no volvió a ser vista.
Incluso se pensó que fue secuestrada y después de algunas diligencias hechas por la Policía, se descubrió que estuvo acompañada por un taxista, conocido de su hermana mayor, quien denunció la desaparición.
Luego de pernoctar en el auto del conductor la niña decidió marcharse a Puno a bordo de una miniván burlando cualquier control, casi inexistentes en la carretera, para llegar hasta Zepita en la provincia de Chucuito donde vive la hermana de su madre.
Allí fue encontrada por los agentes del orden y reveló que se marchó de casa porque su hermana denunciante le había pegado. Hoy Jeniffer se encuentra en casa con sus padres.
“Los hijos son el reflejo de sus padres”, dice el médico psiquiatra Juan Manuel Zevallos Rodríguez, quien señala cómo cada familia que atraviesa por este tipo de problemas conductuales tiene una historia muy particular, pero existen algunos factores en común, como la permisividad o la falta de control que facilitan la ausencia de los menores en el hogar.
Respecto a por qué la mayoría de las fugas o desapariciones corresponden al sexo femenino, esto se explica con el proceso de maduración de las personas que es mucho mayor en las mujeres que en los hombres para tomar decisiones.
Agregó que uno de los caminos para mejorar la relación de respeto, amor y comprensión en la familia debe basarse en la ayuda de un profesional de la salud, psicólogo clínico o médico psiquiatra especializado en la atención de adolescentes para trabajar mediante terapias individuales con el menor y sus familiares, donde participen los padres.
“Puede tomar entre tres y seis meses reestructurar la dinámica familiar, lo que se quiere evitar es que perseveren los errores, la impulsividad, la frustración y dolor pues eso puede generar, con el tiempo, una tragedia que podemos lamentar”, apuntó el médico psiquiatra.
La otra cara
-Brenda Martínez Talavera (25), no volvió a ser vista desde el 5 de junio de 2019 luego de salir de su vivienda en Mariano Melgar y su cráneo fue hallado un mes después en terrenos de cultivo de Uchumayo, se sospecha de un feminicidio y el caso es investigado por los detectives de homicidios de la Divincri.
-Fernanda Quiñonez Yagua (22) desapareció el 29 de noviembre del año pasado de su propia vivienda ubicada en la calle Leticia del distrito de Alto Selva Alegre, mientras se encontraba en compañía de su padre Manuel Quiñones Cusiyunqui.