Víctimas, al parecer, no tenían implementos de seguridad apropiadas para trabajar en la extracción de carbón, denuncian parientes.
Víctimas, al parecer, no tenían implementos de seguridad apropiadas para trabajar en la extracción de carbón, denuncian parientes.

Un accidente ocurrido en el interior de una mina de carbón dejó como saldo dos personas en el distrito de Pueblo Libre, en la provincia de Huaylas,

El hecho ocurrió el último viernes. Las víctimas fueron identificadas como Romario Toledo León (30), proveniente de Recuay, y Jaime Santamaría Naupay (45), de Yungay. Este último se desempeñaba como supervisor de la mina.

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En un comunicado oficial, la Macrorregión Policial de Áncash informó que el accidente se reportó en la galería 195N de la minera Curamina, un yacimiento de carbón ubicado en el caserío Huashtacruz.

Tras los hechos y pasadas varias horas, llegaron al lugar agentes del Departamento de Alta Montaña, quienes rescataron los cuerpos.

Según las primeras versiones, Romario Toledo y Jaime Santamaría fallecieron por asfixia mientras realizaban sus actividades.

Exigen investigación

En una protesta, los familiares exigieron esclarecimiento de las muertes en los exteriores de la morgue central de Huaraz.

“Hemos llegado a la mina a eso de la 1 de la tarde, y encontramos a los trabajadores sentados junto a los policías. Queríamos saber qué era lo que pasaba y nos han dicho que la Policía no tenía implementos de seguridad para rescatar a las personas que estaban adentro”, contó el familiar de uno de los fallecidos.

Según indicaron las autoridades, los trabajadores mineros fallecieron luego de un derrumbe, donde habrían quedado atrapados.

“Nosotros hemos estado llorando desesperados, batallando, no sabíamos lo que pasó con mi hermano desde las 8 de la mañana. No llegaba la Fiscalía para levantar los cuerpos, hemos tenido que gritar, pedir ayuda”, señaló.

Ayuda tardía

Los parientes denunciaron además que la ayuda que se necesitaba para salvar la vida de los trabajadores se había demorado más de la cuenta.

“Desde la mañana mi hermano ha estado ahí tirado, recién en la noche lo han sacado porque él y sus compañeros no llevaban puestos implementos de seguridad para el trabajo en los socavones. No entendemos qué pretendía la mina al sacarlo a esa hora, de noche, ¿que nosotros no podamos verlo?. Porque cuando vimos el cuerpo de mi hermano, solo estaba con el casco, y su linterna, no tenía EPS ni una mascarilla de seguridad”, denunciaron.

Los cadáveres llegaron a la morgue de Huaraz para la necropsia y al día siguiente las familias que sufrieron la pérdida de sus seres queridos dejaban en evidencia la falta de seguridad y las condiciones en las que trabajaban en esta mina.

“Mi hermano ha sido capataz. Él hacía todo y no había ni siquiera un ingeniero de seguridad”, señalaron.

Los voceros de la empresa trataban de calmar los ánimos de las familias afectadas, señalando que la empresa asumiría todos los costos a favor de los deudos.

Sin embargo, los familiares persistieron en su denuncia, manifestando que la minera no les habría prestado apoyo para sus gastos.

Los fallecidos dejan menores hijos en la orfandad. Uno de ellos incluso criaba solo a sus hijas, por eso las familias exigen una exhaustiva investigación, más allá de la ayuda momentánea que la empresa ofrece; así como sancionar a los responsables y pagar una indemnización.