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El empresario Martín Belaunde Lossio (MBL) pasó sus primeras horas tras rejas, en una fría celda, donde la justicia ha dispuesto que permanezca de manera preventiva por un año y medio mientras se lo investiga por supuestamente formar parte de la red de corrupción que se instaló en el presunto centro de operaciones de César Álvarez, denominado “La Centralita”.

SUS CONDICIONES. En el Penal de Máxima Seguridad Ancón I (Piedras Gordas I), no tendrá una estancia fácil. Curiosamente, es el mismo centro penitenciario donde se encuentra recluido su coprocesado, el expresidente regional de Áncash César Álvarez, así como el empresario Rodolfo Orellana Rengifo.

No tendrá comunicación con ningún interno que también esté siendo investigado por el caso “La Centralita”, informó el jefe del Instituto Nacional Penitenciario (Inpe), Julio Magán.

Al ser recluido en el penal de régimen cerrado especial, indicó Magán, no tendrá acceso a llamadas telefónicas y estará solo en una celda. Solo tendrá acceso a la visita de su abogado y familiares hasta el cuarto grado de consanguinidad, según el Código de Ejecución Penal.

Además, podrá tener de dos a cuatro horas de patio al día, dependiendo de la cantidad de internos.

SÍ PAGÓ. En tanto el ministro de Gobierno de Bolivia, Carlos Romero confirmó que MBL admitió haber realizado pagos para cubrir sus gastos y facilitar su fuga de la vivienda en La Paz, donde cumplía arresto domiciliario hasta el jueves último.

“Negó que haya entregado dinero a los policías, pero admitió que repartió dinero a terceras personas para cubrir algunos costos, y que también hubo terceras personas diseñaron el plan de fuga”,señaló el ministro Romero al diario digital Erbol.

El portavoz del gobierno boliviano, indicó que Belaunde le ofreció “disculpas porque había causado muchos problemas”.

Además, ni bien fue capturado, una de las primeras cosas que hizo fue solicitar comida, porque no probaba bocado desde hace tres días, relató el funcionario.

Romero confirmó que el plan del empresario era llegar vía área a Brasil además, agregó, escapó de La Paz ayudado por Rodrigo Quispe .

“Tenían un plan de fuga, pero por alguna razón no pudieron completar la última fase, que era un desplazamiento en una avioneta. Entiendo que eso ocurrió porque que se interceptó a los enlaces que debieron facilitar esa operación”, manifestó.

Narró también que cuando le preguntaron al Yuliano Arista, conocido como Curaca Blanco, sobre el paradero de Belaunde Lossio, este pidió 7 gallinas negras para dar con su ubicación.