Testigos hablan sobre crímenes de “La Mama” y Sánchez
Testigos hablan sobre crímenes de “La Mama” y Sánchez

Desde un salón oscuro, a través de vídeo conferencia y con la voz distorsionada, tres testigos más con identidad reservada declararon ayer en el marco del juicio que se sigue contra el exgobernador regional de Áncash, César Álvarez Aguilar,y otras 29 personas por el crimen del exconsejero .

“LA MAMA”. El testigo con código 1414 recordó que en el año 2010, sicarios vestidos de policías, ingresaron a la vivienda de Nolasco para atentar contra él, pero terminaron asesinando a su hijo político Roberto Torres. El testigo sostuvo que dos de estos sicarios fueron “Piolín” y “Nayo” y que además este atentado habría sido planificado por Álvarez y el exalcalde Luis Arroyo.

Afirmó que a cambio de este ataque, los sicarios recibían dinero que venía desde el mismo Álvarez, pasando por Arroyo y siendo el intermediario el expolicía Ricardo Patiño. Ante los jueces, el testigo aseguró que los pagos eran dados a las parejas de estos hombres : es ahí donde entra a tallar el nombre de Hilda Saldarriaga, “La Mama”.

“Ella (Saldarriaga) sabía muchas cosas, la querían callar a la señora (...) al día siguiente (del crimen “La Mama”)iba a dar su declaración y decir todo lo que sabía (...) Álvarez y Arroyo se iban a ir a la cárcel si ella contaba todo”, refirió señalando a ambas exautoridades como los posibles autores del crimen de Saldarriaga.

Desde el penal de Piedras Gordas, Luis Arroyo cuestionó estas declaraciones porque indicó que eran parte de un caso que está en investigación y que “se está interfiriendo en el proceso”.

MALA RELACIÓN. Si en algo coincidieron en señalar los testigos 1014 y 1214, es que el expresidente José Sánchez Milla y Álvarez habían tenido diferencias antes de que asesinen al primero en Trujillo.

“El señor Sánchez Milla tenía una forma de pensar y no coincidía con la de pensar de César Álvarez”, refirió el testigo 1014.

Esta persona, quien dice ser muy cercana al fallecido Sánchez Milla, señala que el expresidente “no podía gobernar con tranquilidad”, porque pese a que Álvarez ya había renunciado al cargo, él seguía acudiendo a la Región y aparentemente quería seguir tomando decisiones sobre la administración.

“Él (Sánchez) se sentía como un títere, Álvarez siempre estaba queriendo manipular, incluso nunca ocupó la oficina de Presidencia”, expresó.

Dijo que las diferencias entre Álvarez y Sánchez se iniciaron por el paquete de obras de 840 millones de soles, ya que se sospechaba que muchas de las obras estaban sobrevalorizadas.

El testigo dijo que dos días antes de que asesinen a Sánchez Milla, le había referido que tenía la intención de cambiar gente en la Región.

“Por el mal manejo de los proyectos por parte del señor César Álvarez, Sánchez Milla fue tomando distancia, no le parecía lo que estaba haciendo”, dijo el testigo 1214 confirmando de algún modo lo dicho por el otro testigo.

Esta persona también dijo que Sánchez Milla le comentó, antes de que lo asesinen, que iba a cambiar a todos los gerentes y directores de la Región.

Aunque la defensa cuestionó que se introduzcan datos referente al crimen de Sánchez Milla, el fiscal Wilmer Morillos puntualizó que en el caso Nolasco se investiga a una asociación ilícita, es decir una organización criminal que habría ejecutado crímenes de varios opositores políticos.

RECUERDOS DEL TERROR. “La última llamada que recibió fue a finales de 2013 y a inicios de 2014, en una de esas llamadas le dicen que esos señores conocían al señor César Álvarez y que conocían a algunos colombianos, que habían ingresado a su domicilio a robar una fuerte cantidad de dinero y que ellos iban a asesinar a mi papá si seguía molestando”. Este fue uno de los relatos que ofreció ayer Fiorela Nolasco Blas, hija del extinto consejero regional, quien también participó como testigo en el juicio del crimen de su padre.

Fiorela Nolasco recordó todas las veces en que su padre era amenazado de muerte, incluso cuando fue a declarar a la Fiscalía por el caso “La Centralita”.

La hija de Nolasco contó que su padre solicitó garantías personales contra César Álvarez, Luis Arroyo y Víctor López Padilla, en mérito a las amenazas de las que era víctima. No obstante, remarcó que solo le dieron las garantías en contra de López Padilla, cuyo sindicato, dijo, era el que se beneficiaba con todas las obras que ejecutaba el Gobierno Regional de Áncash (GRA), cuando Álvarez gobernaba.

“A mi padre nunca le hicieron caso, lo amenazaban, pero nunca le hicieron caso. Se encadenó incluso y nunca le hicieron caso, hasta llegó a estar detenido por una querella por difamación que le interpuso el señor Luis Arroyo”, expresó.

Fiorela también relató cómo los “periodistas” acusados en este caso, Nelson Vásquez, Juan Espinoza y la prófuga Rosa Olivares De La Cruz; trataban la información sobre el primer atentado contra su padre y decían que pretendía victimizarse. La joven reveló que en una oportunidad, cuando la relación entre su padre y Álvarez era buena, encontró en la casa del exmandatario regional a Rosa Olivares y Nelson Vásquez.

“Hasta donde sé dos personas que ejercen el periodismo no tienen por qué estar con una autoridad en su casa, tratando temas personales”, criticó.

También, contó las innumerables denuncias que hizo su padre en Contraloría y la Fiscalía, pero que estas no tenían respuesta o se archivaban.

Antes de declarar entregó fotografías los jueces de Álvarez y Arroyo departiendo con Jorge Burgos Guanilo en una fiesta. Recordó que uno de los celulares de donde provenían las amenazas a su padre, tenían como titular de la línea al exasesor de Imagen de Álvarez.

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