“Las plantas de mi huerto me ayudan a mejorar la comunicación con mi familia” es el proyecto de la profesora Eva Flores, que se desarrolla con estudiantes de secundaria de la I.E. Ramón Castilla del distrito de Curahuasi, en la provincia de Abancay, región Apurímac. Un proyecto que ha sido inscrito en el Registro de Iniciativas Pedagógicas del Fondo Nacional de Desarrollo de la Educación Peruana (Fondep).

La finalidad es que, mientras construyen los huertos en casa puedan fortalecer la comunicación familiar, ya que son los padres y madres quienes transmiten este conocimiento a sus hijos e hijas. Explica la maestra, y también subdirectora de la institución, que el proyecto busca generar hábitos y una vida saludable, enseñando además a respetar el medio ambiente.

“Este proyecto nació hace tres años, debido a la falta de área verdes, los estudiantes realizaban los huertos en la escuela. Hoy en día, lo trabajan en sus casas o en un espacio de sus chacras, utilizando tronquitos de madera, maguet, botellas descartables, entre otros materiales reciclables para sembrar, en su mayoría, hortalizas”, cuenta.

Son más de 10 los docentes involucrados en este proyecto institucional que integra las áreas de: Matemática, Comunicación, Educación Física, Ciencia y Tecnología, Tutoría, Ciencias sociales y Educación para el trabajo. Cada uno realizan actividades de aprendizaje relacionando los temas con el proyecto y la estrategia nacional Aprendo en casa.

A partir de la elaboración de los biohuertos y/o huerto urbano familiar, indica que los estudiantes desarrollan las siguientes actividades, de acuerdo al grado: álbum de plantas (1er grado), afiches (2do grado), historietas (3er grado), infografías (4to grado), y en quinto año se trabajan spots publicitarios, línea de tiempo, así como elaboración de recetas y presentación de platos nutritivos que es compartido para todos. Este última se realizaba antes en las ferias escolares generando un ingreso económico. Actualmente, el compartir es en casa.

“El autoabastecimiento nos permite crear una forma de autonomía, ya sea personal o colectiva de nuestros propios alimentos. No solo es divertida y entretenida, sino que también exige explorar la creatividad, generando aprendizajes significativos en los estudiantes durante la educación a distancia”, sostiene la maestra.

Los estudiantes envían las evidencias de estas actividades, utilizando los entornos virtuales como el WhatsApp y el Facebook. Hasta la fecha, señala que hay un avance del 50% de familias que participan en este proyecto desde que inició el confinamiento por la pandemia. Del total, un 30% envían los videos o imágenes de sus huertos y el 20% restante solo lo hacen en forma oral a través de la comunicación telefónica.

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