La paralización regional tuvo un impacto económico negativo pese a su baja convocatoria. Gremios sindicales cuestionan la cifra, mientras el comercio y el turismo reportan afectaciones.
La paralización regional tuvo un impacto económico negativo pese a su baja convocatoria. Gremios sindicales cuestionan la cifra, mientras el comercio y el turismo reportan afectaciones.

La paralización convocada por diversos frentes sociales en Cusco el pasado 14 de mayo tuvo un impacto limitado en términos de participación, pero generó importantes pérdidas económicas, según la Cámara de Comercio del Cusco.

La protesta, que inició en horas de la mañana, se concentró en algunos puntos del centro histórico y la zona noreste de la ciudad, donde piquetes impidieron la circulación de buses del transporte público. Sin embargo, el servicio de taxis funcionó con normalidad, aunque usuarios denunciaron cobros excesivos por parte de los conductores.

Durante la jornada, marchas poco numerosas se movilizaron por el centro de la ciudad y concluyeron cerca del mediodía con un mitin. Posteriormente, las actividades comerciales retomaron su curso habitual.

El presidente de la Cámara de Comercio del Cusco, Fernando Santoyo, lamentó el impacto negativo de la paralización en la economía local, especialmente en el sector turístico.

“Estas paralizaciones son inútiles y solo perjudican a Cusco. Nuestra economía depende en gran parte del turismo, y cualquier imagen de inestabilidad nos afecta profundamente”, afirmó.

Santoyo estimó que, por cada día de paro, la región pierde cerca de cinco millones de soles, afectando no solo al turismo, sino también a otros sectores productivos. No obstante, gremios sindicales locales calificaron la cifra como “exagerada” y defendieron el derecho a la protesta.