En una multitudinaria marcha, que inició en el aeropuerto Alejandro Velasco de Cusco y concluyó en la plaza mayor de dicha ciudad, fueron recibidos los restos simbólicos de Fernandito Túpac Amaru, hijo de José Gabriel Túpac Amaru II, después de cuya muerte, el menor de sus hijos fue desterrado a Madrid – España, lugar donde finalmente pereció hace más de 200 años.
El acto, calificado por el alcalde de Cusco, y principal impulsor de este proyecto, Luis Pantoja, como de reparación histórica y reivindicación de los pueblos originarios, contó con la participación de miles de ciudadanos, estudiantes, profesionales, y otros, quienes siguieron el traslado de los restos hasta la Plaza Mayor de Cusco, donde Túpac Amaru II fue ejecutado por la Corona Española de entonces y donde se llevó a cabo una teatralización.
Es así que en la escenificación, un José Gabriel Túpac Amaru II, junto a su esposa, Micaela Bastidas, reciben los restos de su hijo Fernandito de manos del burgomaestre cusqueño, a quien agradecieron el gesto de haberles devuelto a su hijo, casi dos siglos después de su destierro y muerte en Europa.
Uno de los momentos más cumbres se dieron cuando se declamó el ‘Canto Coral a Túpac Amaru’, poema del cusqueño Alejandro Romualdo, que describe el trágico final del precursor de la independencia peruana. “Arrancarán sus deseos, sus dientes y sus gritos. Lo patearán a toda furia. Luego lo sangrarán. ¡Y no podrán matarlo!”, retumbaba en la plaza cusqueña ante la atenta mirada de locales y turistas.



“Este acontecimiento es mucho más que una simple repatriación: es un acto de justicia histórica, una reivindicación de nuestra memoria colectiva y un tributo a la resistencia del pueblo cusqueño y peruano. Fernandito Túpac Amaru regresa al corazón del Tahuantinsuyo, donde su espíritu seguirá inspirando a las futuras generaciones a mantener viva la lucha por la dignidad y la identidad cultural”, resaltó el alcalde de Cusco en su alocución.
El trabajo para repatriar los restos simbólicos de Fernandito Túpac Amaru, iniciaron hace varios meses en Cusco, de la mano del embajador de España en Perú, Luis Iberico, y a través de relaciones bilaterales con el Reino de España, su Ejecutivo y su Cancillería, es así que el alcalde de Cusco, Luis Pantoja, finalmente llegó hasta el cementerio de San Sebastián en Madrid – España, donde fueron depositados los restos del hijo de Túpac Amaru, luego de su muerte hace 240 años.
Este hecho ha generado gran controversia entre los historiadores cusqueños, ya que, muchos aseguran que la cripta donde se depositaron estos restos fue bombardeada y luego cambió de lugar, incluso llegó a desaparecer, por lo que sería inexacto indicar que se tratan de los restos de Fernandito.
A esto las autoridades locales han mencionado que todo se trata de un homenaje simbólico, para conmemorar el legado histórico y la resistencia del pueblo cusqueño en aras de la libertad y el proceso independista nacional, asegurando que la población necesita un reencuentro con sus raíces y sus ancestros, además de puntualizar que todo el trámite no salió del erario local, sino fue en base a gestiones entre gobiernos locales.




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