Francisco Ísmodes Mezzano, exministro de Energía y Minas y actual gerente general de Río Blanco Copper S.A., plantea una mirada integral sobre la situación de Piura, una región golpeada por la pobreza y la informalidad, pero con un potencial económico aún no articulado en su totalidad.
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En el 2024, Piura registró su tercera mayor tasa de pobreza de los últimos 10 años, alcanzando un preocupante 31.9% de su población. Esta cifra se eleva significativamente en las zonas rurales, donde llega al 41.5%. A ello se suma una desnutrición crónica infantil del 14.3% y una tasa de empleo informal del 76.7%, muy por encima del promedio nacional.
Sin embargo, Ismodes observa un contraste clave: la economía de Piura ha experimentado un gran desarrollo agroexportador, al tiempo que concentra importantes reservas mineras. En su opinión, si ambas actividades se complementaran adecuadamente, se produciría una mejora sustancial en la economía regional y, por tanto, en el bienestar de su población. “No se trata de cambiar la principal actividad económica agrícola de Piura”, afirma. “Se trata de que sus recursos minerales, aprovechados de forma sostenible, contribuyan a fortalecerla”.
Actualmente, la minería metálica en Piura, en su gran mayoría, no está formalizada, lo que ha incrementado los niveles de inseguridad, contaminación y violación de derechos humanos. Para Ísmodes, esto representa un grave riesgo para la población y el ambiente. Por ello, propone un modelo de minería sostenible, que cumpla con dos condiciones fundamentales: no generar impactos ambientales más allá del área ocupada —impactos que deben ser mitigados y remediados—, y generar beneficios tangibles para el territorio y la región.
En este sentido, se tiene en nuestro país la minería formal, que está obligada a cumplir con un marco legal que ha establecido estándares ambientales que están dentro de los más exigentes del mundo. Esto marca una gran diferencia con la actividad minera que se desarrolló en el pasado y que han dejado pasivos ambientales cuya remediación está a cargo del Estado.
Al respecto, hoy las empresas formales deben contar, entre otros temas, con un plan de cierre garantizado con los recursos económicos necesarios para su implementación, y con ello asegurar que el lugar donde se desarrolla la actividad quede en las mismas o en mejores condiciones de las que se encontró. A esto se suma que hoy la fiscalización minera está a cargo del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), quien depende del Ministerio del Ambiente y no del Ministerio de Energía y Minas, como fue en el pasado, lo que garantiza la objetividad de dicha fiscalización.
En relación con la pequeña minería, se debe impulsar su proceso de formalización, de tal forma que se desmarque de las actividades mineras ilícitas, articulando la formalización minera con el respeto al territorio, la cultura y la vida comunitaria.
El contexto actual añade una urgencia adicional. La actividad agrícola de Piura está en riesgo debido al cambio climático, siendo una de las regiones más expuestas del país. La falta de lluvias ha afectado seriamente el suministro de agua, provocando pérdidas por más de S/ 82 millones y afectando más de 11 mil hectáreas solo en los primeros tres meses de la campaña agrícola 2024-2025. Paradójicamente, durante la temporada de lluvias, millones de metros cúbicos de agua se pierden en el océano Pacífico y el Atlántico sin ser aprovechados.
En este escenario, el valor actual del cobre y del oro representa una oportunidad histórica para financiar el cierre de brechas de infraestructura, especialmente en lo que respecta al agua. Reservorios, canales y sistemas de retención hídrica podrían marcar la diferencia para la seguridad alimentaria y el futuro agrícola de la región.
Por ello, Ismodes concluye con un llamado: “Es prioritario generar espacios donde los ciudadanos puedan ejercer su derecho de informarse de manera objetiva y libre, y conocer cómo el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales minerales puede ser asegurado, y encontrar coincidencias en beneficio de la región”.
El exministro de Energía y Minas y actual gerente general de Río Blanco Copper plantea una mirada integral sobre la situación de Piura, que es una región golpeada por la pobreza y la informalidad, pero con un potencial económico aún no articulado
Información sobre proyecto Rio Blanco
Ubicación: provincia de Huancabamba, distrito El Carmen de la Frontera, Piura, colindante con Ayabaca. No se encuentra sobre páramos, lagunas ni cabecera de cuenca.
Empleo: 5,000 puestos durante construcción. En operación: 1,200 directos y 7,000 indirectos, tras una inversión ascendente a US$ 2,700 millones durante su operación.
Proyectos hídricos: Se han identificado zonas para construir reservorios con una inversión de US$ 385.5 millones, ampliando la frontera agrícola en Ayabaca (42%) y Huancabamba (49%).
Actualmente, el proyecto se encuentra en etapa de pre-factibilidad, estudio que sustenta la viabilidad técnica y económica de un proyecto minero.