La llegada fue hoy cerca de las 5 de la tarde, por la cual los negritos, con los sacos volteados y el sombrero de paja, repartían uvas y pedazos de caña a los “seranitos”.
Esta tradición alberga una hermosa leyenda que, poco antes de su iniciar la tradicional llegada, fue contada por el historiador e intérprete del Caporal, Manuel Breña Martínez .
Breña Martínez cuenta la fiesta data que fiesta que data de la época de la colonia, época en la que los negritos llegaban a la Villa Rica de Oropesa a comerciar uva, pisco, vino, caña y otros productos, además, aprovechaban para visitar al “Hermoso Niño Dios” que estaba en el templo dominico.
LEYENDA. Cuentan que un día vieron que un Hermoso Niño había escapado del templo y estaba jugando en las afueras de Huancavelica, luego nadie lo volvió a ver hasta que ese niño apareció en una de las haciendas costeras de la región Ica.
Impresionados con su belleza, el caporal, un hombre blanco de barba rubia, ojos azules y prominente nariz, ordenó a sus esclavos bailar en honor de aquel hermoso niño que llegó a sus tierras, a la fiesta se unió la negra Maria Rosa, quien salió de su cocina con cucharón en mano para bailar.
Días después, el niño se volvió a perder, por lo que los negros preocupados lo buscaron y preguntando a todos los arrieros que veían llegaron a estas tierras.
Los negritos compartían su fruta fresca y cañas con los “serranitos”, así llegaron a Santo Domingo donde encontraron al “Niño Dulce Nombre de Jesús”, a quien desde ese día también llamaron popularmente “El Niño Perdido”.
QANTILINYAS. Una de las escenas más impresionantes es la de los Qatilinyas, negritos “frustrados” que hoy en la mañana bailarán.