​Reynaldo Arenas: "Conocí el teatro gracias al poeta Luis Hernández"
​Reynaldo Arenas: "Conocí el teatro gracias al poeta Luis Hernández"

Reynaldo Arenas abre las puertas de su casa, cuenta que desde pequeño vivió rodeado de artistas, incluso, uno de sus mentores en el teatro es el poeta Luis Hernández Camarero.

¿Qué recuerdo importante guarda de su infancia?

Nací en el Cusco en el año 1944, en la calle fierro, una calle emblemática en la que vivían personas dedicadas al arte, música, artesanías, tejedores de telares, danzantes, había literatura y poetas; a los cinco años mamá quiso abrirse camino en Lima y se empleó en el hogar de la familia Hernández Camarero, ahí conocí a una gran persona, de ahí proviene el poeta de culto Luis Hernández Camarero.

¿Cómo llega a interesarse por la actuación? 

Fue Luis Hernández Camarero, quien me hablaba del teatro, íbamos al cine, luego regresábamos a casa y reproducíamos todo lo que habíamos visto, usábamos las cacerolas, cucharones, sabanas, uff, lo imitamos todo. También conocí al gran Fernando Larrañaga Travesí (hijo de la gran Elvira Travesí) y con el hablábamos de teatro. A los 11 años me inicie en el teatro como soldado romano en el coliseo nacional en una puesta en escena de la crucifixión de Cristo. Me pareció interesante el convertirme en otra persona, la caracterización y eso me gustó muchísimo.

¿Tuvo temor al iniciar sus estudios de teatro? 

Temor no, si curiosidad, por que cada día iba descubriendo cosas nuevas, totalmente ajenas a mi forma de ser, comencé a tener una visión panorámica del arte y del mundo, a leer mucho, a escuchar buena música a Stravinsky, Chopin, Beethoven, Mozart. Leí a Shakespeare, Moliere y todo lo que tenía que ver con teatro. Empecé a sensibilizarme a lograr esa sencillez y el temperamento que el teatro te exige para transmitir al público, toda una gama de emociones y sensaciones propias del actor.

¿Sintió alguna diferenciación hacia usted? 

El ser un muchacho provinciano, de cabello y ojos oscuros, siempre te predestina a hacer personajes marginales, ladrones, alcohólicos, sin vergüenzas, esa visión hacia el andino forma parte de nuestra idiosincrasia, uno no ve a un ladrón rubio, es imposible, o es negro o es cholo. La perseverancia, la constancia, la pasión y el interés, al final logra que uno pueda hacer otros personajes.

¿Considera que hay un racismo latente y oculto?

El racismo es muy fuerte y en doble sentido, en general uno no ve un oficial de la FAP o de la Marina negro, lo que es peor, a mi me espanta cuando el cholo cholea al cholo, o el cholo se siente superior, me parece absurdo.

¿Cómo marcó la película de Túpac Amaru en su carrera? 

Bueno, me dio un espaldarazo grande, gracias a esa película empecé a tener un reconocimiento. Viajé a muchos festivales de cine, donde después de cada función había una ovación, no por mi trabajo sino por la historia, de cómo en 1780 un hombre puso en jaque mate al imperio español.

¿La película “El Poeta”, es un nuevo reto para usted? 

Todo trabajo grande o pequeño es un reto para un actor, y lo he asumido con mucho orgullo, mucho honor y mucha obediencia, agradezco a Miguel Pachas Almeyda por haberme escogido para hacer a Vallejo que es un personaje a quien yo amo con demasía. Es una película que se está haciendo con mucho sacrificio.

¿Es difícil? 

Venimos casi un año tratando de hacerla, cada vez que tocamos puertas, nadie nos ayuda, los actores y demás miembros estamos poniendo de nuestros propios recursos. Han pasado los años y Vallejo sigue siendo golpeado, maltratado, es un cholo, pues. Ese estigma no es un pretexto para no trabajar, ahí vamos dándole y será un film que dará mucho que hablar.

¿Cómo asimila la personalidad de un hombre único? 

Con la ayuda de Miguel Pachas Almeyda, quien conoce a fondo el espíritu y el alma de Vallejo, con él trabajamos cada escena y él me va moldeando en el momento en que va a filmar, las situaciones por las que el paso, el gran concepto que tenía sobre la familia, sobre los hermanos, el gran respeto sobre la madre y el padre, los lugares donde se sentaba a escribir, el famoso podio.

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