​Abuelitas internadas en el asilo no reciben visita de hijos y nietos
​Abuelitas internadas en el asilo no reciben visita de hijos y nietos

Las ancianas que viven en el asilo San Vicente de Paúl de la Sociedad de Beneficencia de Huancayo, tienen hijos y nietos, que las han olvidado y no las visitan ni siquiera en el Día de la Madre.

Augusto Ruedas Rojas, uno de los albergados más jóvenes del asilo, dijo ser testigo de cómo los hijos y nietos que ellos criaron con tanto cariño y atenciones, son duros de corazón y no concurren a visitarlos.

“En el asilo un día festivo, se pasa como cualquier fecha, todo es silencio, ni un familiar se asoma a la puerta, solo la banda de la Policía y el Ejército nos alegran un poco y nada más”, comentó Augusto.

Asimismo, recordó que hace 5 a 6 años, los familiares de algunas ancianas se presentaron y solo se percataron que eran bien atendidos y ya no retornaron jamás.

CENTENARIA. La única anciana que tiene la visita de una sobrina es Adela Berríos, que procede de Concepción. En el asilo se enteraron que tenía 101 años, cuando le trajeron una torta con una velita que revelaba su edad. Ahora la centenaria no puede hablar y pasa sus días con sus verdaderos amigos en el asilo.

En la actualidad, el albergue San Vicente de Paúl cuenta con 40 refugiados, 18 de los cuales son mujeres. Los ancianos del asilo reciben buena atención, son alimentados y también tienen un médico que vela por su salud y les brindan terapias ante los males que los aquejan por la edad. Los males que más los aquejan es la pérdida del habla, no escuchan o sufre de artritis, osteoporosis y la demencia senil.

Muchos de los abuelitos a los 80 u 90 años, vuelven a ser como unos niños y siempre te dan la bienvenida con una enorme sonrisa.

ÁGAPE. Como parte de un pequeño agasajo, ayer los ancianos comieron pachamanca como antesala al Día

de la Madre.