Lo que aparentó ser un “acto de reconocimiento cultural”, terminó por evidenciar los -cada vez más notorios- lazos entre el congresista Waldemar Cerrón Rojas (Perú Libre) y el alcalde de El Tambo, Julio César Llallico Colca. La ceremonia realizada el 11 de julio en el Congreso, donde se condecoró a artistas como ‘Dayanita’ por su “aporte a la cultura”, terminó convertida en una vitrina de respaldo político cuidadosamente orquestada.
Aunque la premiación generó polémica por la entrega hecha a “Dayanita”, el foco real del evento fue la maquinaria política desplegada para arropar la imagen de Cerrón.
En el Congreso se vio a una “portátil” municipal conformada por trabajadores de la Municipalidad Distrital de El Tambo -algunos con medallas- entre ellos Olga Rondón del PVL y agentes municipales, quienes aplaudían cada palabra del legislador.

No es la primera vez que ocurre. Esta práctica ya se vio replicada semanas antes, cuando el ministro de Vivienda, Durich Whittembury, firmó un convenio con Llallico. Esta vez la convocatoria a los agentes fue para impulsar un segundo convenio por más de 110 millones de soles para la segunda etapa del proyecto de drenaje pluvial.
Estos hechos no son aislados. Cerrón ha sido vinculado a favores políticos y contratos otorgados a sus cuñados dentro de la Municipalidad distrital de El Tambo.