Con la llegada del invierno, en muchas zonas altoandinas se vuelve costumbre prender fuego a los pastizales secos para “limpiar” la tierra antes de una nueva siembra. Lo que comienza como una quema controlada muchas veces termina siendo una catástrofe ecológica. Según datos del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR), entre 2017 y 2024 se han quemado más de 221 mil hectáreas de vegetación en el departamento de Junín.
Tan solo en 2024, los incendios forestales arrasaron con más de 50 mil hectáreas, superando el registro del año de pandemia (2020), cuando bordearon los 49,900 hectáreas afectadas.
Christian Quispe, responsable de la Unidad Técnica Forestal y de Fauna Silvestre Sierra Central de SERFOR, señala que todos los incendios registrados en la región durante los últimos años fueron provocados por acción humana. “No ha habido ninguno de origen natural. Todos fueron por quema de pastizales, rastrojos o cambios de uso de suelo realizados de manera irresponsable”, remarcó.
Entre las provincias más afectadas por estos incendios se encuentran Jauja, Huancayo, Concepción, Tarma y Satipo. Dentro de los distritos, Canchayllo (en Jauja), Santo Domingo de Acobamba y Pariahuanca (en Huancayo) concentran más casos.
Impacto
Los incendios también destruyen matorrales nativos, plantaciones forestales de pino y eucalipto e incluso bosques primarios, especialmente en la selva central. En cuanto a la fauna, aunque no siempre se encuentran animales calcinados, sí se registra una importante migración de aves y pequeños mamíferos debido al humo y a la pérdida de hábitat, según informa el especialista.
Prevenir
Desde el Gobierno Regional de Junín (GRJ), el gerente de Recursos Naturales, Vladimir Yáñez, informó que recién en 2023 se aprobó un Plan Regional de Prevención de Incendios Forestales, el cual marca pautas para la acción de los gobiernos locales y regionales.
“Sin un plan, no se podía accionar formalmente. Ya tenemos ese documento y también brigadas formadas, pero no ha sido suficiente. A esto se sumó el problema de la ley forestal aprobada por el Congreso, que permitió el cambio de uso de suelo, lo que incentivó que muchas personas, sobre todo empresarios, prendieran fuego para limpiar terrenos”, denunció Yañez añadiendo que en los incendios del 2024 en Río Tambo y Pampa Hermosa, el gobierno regional pidió la declaratoria de emergencia ambiental, pero esta fue ignorada por el Ministerio del Ambiente hasta que los incendios se extendieron a la selva oriental del país.
El funcionario también adelantó que para este año, el GRJ prepara la compra de herramientas e indumentaria para los bomberos forestales voluntarios y trabaja en la firma de un convenio con la unidad de incendios forestales del Cuerpo General de Bomberos.
Desde SERFOR, Christian Quispe informó que también vienen impulsando la prevención en comunidades como Acopalca, Pucará y Comas, a través de campañas educativas. Sin embargo, reconocen que en muchos casos no hay mucho compromiso por parte de las autoridades locales.