Llegar al cementerio de Huicho Cruz, es como estar muy cerca del cielo. Los deudos realizan toda una penitencia para ascender a lo alto del cerro. Ellos cargan los ramos de flores, la comida, lápidas nuevas y unas cervezas para brindar por las almas de sus difuntos.

A diferencia de otros lugares en este cementerio no hay restricciones y las familias tienen la libertad de consumir cerveza, que las llevan desde sus casas, pero también hay puestos de venta a cada paso.

“Salud abuelito Eliseo, aquí está tu nieto que nunca se olvida de ti,te traje tu coca, tu traguito como a ti te gustaba en vida, siempre me has motivado con tus enseñanzas”, manifestó Antonio Aire Valencia, que llegó de Lima para poner flores en el nicho de su abuelo Eliseo Valencia Adauto, que murió en el año 2000.

Recordó que en vida le gustaba mucho la pachamanca, el cuy colorado y el mondongo.

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SOLA. La abuela Primitiva Hilario Cuicapusa (85) , volvió después de 3 años a visitar el nicho de su esposo Víctor Común Solano que está ubicado al pie del cementerio, mientras que la tumba de su nieto está arriba.

La abuelita apenas puede subir el cerro, el dolor en su pie no la deja avanzar, se apoya del brazo de algunas personas, ya que sus nietas no la quieren acompañar, ni siquiera en el día de los muertos.

Los niños que venden sus baldes de agua y los que limpian lápidas son de gran ayuda.

Además, para alegrar este momento de nostalgia, los músicos llegan para cantar desde un santiago con tinya, hasta los huaynos y mulizas con guitarra.

Daniel De La Cruz, un minero que falleció en un accidente en la mina fue visitado por su hermana mayor Marciana De La Cruz Hilario.

A las 11 de la mañana, Luis Lozano, llega con su guitarra, los acompañan sus amigos que tocan el acordeón, una segunda guitarra y el violín.

Los músicos pasaron de cantar en la peña, al cementerio que ayer estaba abarrotado de visitantes. Ellos tocaban 3 canciones por 10 soles, lo que más le piden los deudos son panteonero, la orquesta y los huaynos ayacuchanos.

En el cementerio de Huichocruz, existen gran cantidad de nichos y tumbas, que están simplemente abandonadas. No le han cambiado las flores están repletas de malezas, desmontes y no tienen flores. “Es una pena que las personas se olviden de sus seres queridos, yo no creo que no haya descendencia, siempre de haber un hijo, un nieto o un hermano, que debe venir por lo menos en el día de los difuntos”, dijo Ricardina Taype, que ayer fue a visitar a sus padres y con tristeza observaba, como muchas tumbas están en el olvido. Además pidió que la administración del cementerio, realice una limpieza y arregle el accidentado camino.