Adriana vivió en Huancayo desde los 3 hasta los 16 años, etapa que marcó profundamente su sensibilidad hacia los problemas sociales y urbanos. Estudió Arquitectura en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y elaboró su tesis sobre un agroparque para su ciudad natal. Luego, trabajó casi tres años en ProLima, en el proyecto especial para recuperar el Río Rímac, lo que considera una de sus experiencias profesionales más enriquecedoras.

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En una entrevista con un medio nacional, contó que entre julio de 2024 y enero de 2025 se dedicó a preparar su postulación a Harvard. Elaboró un portafolio, escribió ensayos introspectivos sobre su identidad y propósito, y presentó su experiencia en proyectos urbanos. Finalmente, fue admitida con el apoyo de la Beca Bicentenario del Pronabec y un financiamiento parcial de la universidad estadounidense.

Adriana reconoce que al principio sintió temor ante el reto de postular a una de las universidades más prestigiosas del mundo, pero su convicción la llevó a avanzar. Inspirada en otros jóvenes latinos que lograron entrar a Harvard, encontró fuerzas para seguir ese mismo camino. Hoy, ya instalada en Estados Unidos, forma parte de una comunidad diversa de estudiantes con los que espera intercambiar experiencias que fortalezcan su visión profesional.

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Su objetivo es claro: volver al Perú con herramientas concretas para hacer frente a los desafíos urbanos, especialmente en ciudades intermedias como Huancayo. “Lima está saturada. Hay una oportunidad enorme en la sierra y en la selva. Me veo regresando, porque en el país hay mucho por hacer”, afirmó.