Una burra cuyo dueño le puso de nombre “Dina Boluarte”, fue la atracción ayer en Huari, Huancán, donde participó de una carrera de acémilas y concurso de disfraces por Semana Santa.

En la carrera, el dueño Rolando Paytán, comentó que la hizo competir para que con el premio le pudiera comprar su reloj Rolex, pero lamentablemente no ganó y solo alcanzó el cuarto lugar. La burra lucía su fustán, su manta en el lomo, tenía una blusa blanca, una peluca de color guinda y su sombrero huanca con flores del campo. Otro burros que participaron fueron llamados “Otárola” y Keiko”. En total fueron 20 los participantes.

El alcalde de Huancán, Franklin Rosales manifestó que la carrera de burros con carga surgió como una iniciativa de los jóvenes de Huari, cuando aún era un centro poblado y no un anexo. Esto ha servido para la integración entre las familias y preservación de las costumbres ancestrales.

Mencionó que esta competencia es representativa de los agricultores, que en esta época de cosecha trasladaban con sus asémilas el maíz, el trigo, la cebada y la chala, desde la chacra hasta sus hogares y como remembranza el sábado de Gloria en Semana Santa, ya se ha hecho una tradición.

“En el distrito de Huancán, cultivamos el maíz, el trigo, la cebada y la papa, pero a fines de marzo y abril se cosecha y es por ello que los burros son importante para el traslado”, comentó la autoridad.

En la categoría de mayores: El burro “Jari” macho ganó el primer lugar, mientras que en la categoría menores ganó la burra Luz María.

Los premios fueron con víveres como sacos de arroz para los dueño y los burros recibieron su carga de chala, para una buena alimentación, tras la larga jornada de ayer, en el sábado de gloria.

Asimismo, las wanblas participaron de una carrera, en la cual tenían que recoger un porongo de agua y subir por las escalinatas del complejo de Wariwillka.

La carrera fue muy dura, tal es así que las jóvenes terminaron con calambres en la llegada y recibieron la asistencia de sus familiares y el personal de salud, para superar el intenso dolor de piernas.

Las actividades congregaron a gran cantidad de visitantes, que también aprovecharon para consumir los platos típicos en la feria como el chicharrón colorado y dorado, los caldos, cuy colorado, pachamanca, entre otros. Las vivanderas vendieron todo, ya que los turistas aprecian comer los potajes que se preparan en el Valle del Mantaro.

Los transportistas, también estaban felices, ya que trasladaron a cientos de visitantes que querían conocer el complejo arqueológico de Wariwillka.