Molino de piedra del siglo XIX está muy bien conservado
Molino de piedra del siglo XIX está muy bien conservado

El distrito huancaíno de Quichuay alberga uno de los molinos de piedra más antiguos de la región Junín, uno que se mantiene intacto a pesar de sus más de 200 años de existencia.

Por su etapa de molienda pasaron los cereales que se consumían y comercializaban con frecuencia en la zona.

En efecto, por sus piedras pasaron granos como cebada, maíz, trigo y otros que los hombres y mujeres del campo sembraban con intensidad.

Según su propietario, Benjamín López, el molino era tan requerido que los clientes se quedaban a dormir en las habitaciones de la casa esperando que llegue su turno.

TESTIMONIO MATERIAL

A propósito, un libro de registro de 1920, revela la cantidad de reservas hechas por los visitantes que requerían del servicio. La lista era interminable.

Pero su antigüedad es de mucho antes, quizás un siglo atrás, tal como evidencian algunas placas que yacen en las paredes interiores.

Desde que comenzó a funcionar, la densa presencia de productores locales y de zonas relativamente lejanas era una constante. Los que llegaban esperaban largas horas, dejando a sus acémilas en el patio, alimentándose y bebiendo agua.

En tales espacios aún están los bebederos de piedra de donde se hidrataban los burros y caballos.

CICLO CUMPLIDO

Poco después de 1920 este molino dejó de funcionar porque los franciscanos del Convento de Santa Rosa de Ocopa decidieron derivar a sus predios las aguas que servían para mover la turbina.

Contra eso, las generaciones antecesoras de Benjamín López, se resignaron a esa determinación involuntaria.

BIEN CONSERVADO

Este artilugio aún mantiene ilesos sus componentes, tales como su tolva o embudo, piedras moledoras, árbol o eje y turbina. Asimismo la bóveda de la parte baja por donde pasaba el agua que movía las hélices, se mantiene intacta.

En la parte alta, el ambiente que aloja el molino ha sido levantado con piedra caliza, constituyendo una de las partes que no ha sufrido modificación alguna.

López Jáuregui busca reactivarlo y volver a moler granos del valle, como si se tratase de principios del siglo XIX.

Aunque no será como hace 200 años, sí buscará rescatar simbólicamente las formas de molienda más requeridas de los siglos XIX y XX en esta parte del barrio La Anunciada.

Para ello deberá desviar las aguas del canal de la parte alta y reactivar los conductos por donde pueda discurrir el agua.

La Hacienda La Anunciada Casa Museo está en la avenida Ambrosio Salazar, camino al Centro Piscícola El Ingenio, exactamente a 4 cuadras de la plaza de Quichuay.

MUSEO

Aquí no solamente encontrará este molino antiquísimo, sino una serie de ambientes que conservan antigüedades como baúles, máquinas de escribir y fotográficas del siglo pasado, bicicletas y teléfonos que son dignas piezas de un museo, entre otros artículos.

Y si quiere sentir la energía del campo y el aire de lo antiguo puede separar con anticipación una o más habitaciones donde no le faltará absolutamente nada.