Los más pobres de Huancayo, que apenas tiene 2 soles para pagar un menú, comen de la manera más indigna fuera de un comedor del Estado. Reciben sus alimentos en una bolsa de plástico y muchos de ellos comen en el suelo, ya que el comedor del jirón Huancas, pese a estar desocupado, permanece cerrado y no les dan un sitio para que puedan sentarse.

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Teodoro, un abuelo de 60 años que vende caramelos, ayer apenas ganó para comprar su menú, no tenía ni para el pasaje y se sentó en la vereda para comer su plato de lentejas. A medio metro estaba Lucio, que no ve bien y también utiliza la vereda para merendar.

Reyda Romaní es ambulante, vende medias y ayer no le compraron ni una sola y con las justas tenía dos soles para comer el menú que incluye un plato de lentejas, aguadito y una mazamorra de quinua.

Junto a ella, hacen una larga cola lustrabotas, estibadores y abuelos como Justiniano Matías Medina de 91 años, apenas puede caminar y articular palabras.

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“Yo llevo en bolsa mi menú, aquí ni siquiera nos dan una banca, porque nadie quiere hacerse cargo del comedor, antes comíamos adentro y ahora nos tratan de esta manera”, reclamó el anciano de 80 años Raúl Taype, que lleva la comida en bolsa a la casa que cuida. Tiene miedo, ya que la comida está caliente y teme que se pueda derramar y causarle una quemadura.

Los comensales dijeron que antes de la pandemia podían usar el comedor, luego lo cerraron y ahora el local solo lo usan como almacén, porque el centro de salud La Libertad está en El Tambo. Temen que el comedor se cierre, por funcionar en un local declarado inhabitable por la comuna huanca. Según los trabajadores del comedor, atienden a unos 150 comensales al día, para quienes preparan un menú de 2 soles. A diario cocinan en enormes ollas y reparten en la puerta a los más humildes.