Cada 3 de noviembre, 'las calaveras salen de sus casas' y enrrumban al antiguo cementerio de Chongos Bajo. Las guardianas como las llaman, son llevadas por sus dueñas en mantas andinas, osarios y hasta en mochilas para la ceremonia del Tullupampay o “hueso enterrado".

Las mujeres que llegan de Chongos Bajos, Huancayo y El Tambo y otros lugares del Valle del Mantaro, ya se conocen, y se colocan en fila, exhibiendo los cráneos que llevan chullos abrigadores, gorras de niños y bebés, tejidos por ellas. Y como manda la tradición, siempre llevan sus ofrendas como tantawawas, maíz, papa, entre otros productos.

LE REVELAN.  Irma Rosales Torres, es una de las creyentes. Ella tiene hace 20 años al cráneo de un varón. Cuenta que su hermana que es profesora lo encontró, cuando iba de paseo a Tarma con sus alumnos. Y como tenía 4, se lo obsequió y le hizo un altar en su casa. Muchas veces se preguntaba junto a sus hijos, si sería varón o mujer, que edad tendría. Hasta que una noche soñó que la calavera entraba a su casa y le gritaba "Yonatan". Desde aquella vez, siempre lo llama Yonatan, que terminó siendo su guardián.Dos niños, velan las calaveritas de sus abuelitas Micha y Segunda, en el medio tienen una foto antigua en blanco y negro, del día del entierro de su adorada mamita. Ellos saben con detalles, todo sobre la historia de los cráneos.

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