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Si el año pasado se quedaron con las ganas de ver la interpretación de las milenarias danzas autóctonas del Valle del Canipaco, en ahora es la oportunidad de presenciarlas y vivir la auténtica representación de las costumbres de este hermoso valle, que por generaciones se mantiene viva, gracias a sus pobladores que a pesar del tiempo siguen cultivando sus tradiciones, legados por sus ancestros.

La plaza de toros del distrito de Chongos Alto será por segundo año consecutivo, escenario del “concurso de danzas autóctonas” con la participación de barrios, cuarteles y anexos como Llamapsillón, Palaco y Palmayoc, donde se prodrán apreciar “El alapacuy”, “Cañayquinto”, “El convite”, “La herranza”, “Huarlarsh antiguo”, “El zapateo”, entre otras costumbres que identifican a esta hermosa localidad, también conocida como el “corazón del Canipaco”.

De esta manera, las comunidades campesinas este 10 de noviembre tributarán homenaje al distrito de Chongos Alto que celebra 109 años de creación política con la majestuosidad de sus danzas originarias, entre otras actividades que simbolizan el encanto de los pueblos andinos.

ANCESTRALES. “El convite”, es la danza ganadora del concurso de comunidades campesinas 2016 por el aniversario de fundación de la provincia de Huancayo, organizado por la comuna huanca.

Está basada en el trabajo mediante faenas comunales. Se baila por la culminación de una obra comunitaria y todo el pueblo danza encabezado por sus autoridades. En sus espaldas llevan porongos de chicha de jora y la milenaria coca, hoja sagrada desde nuestros incas.

“El alapacuy”, es una danza vinculada al agro. Tiene como protagonista principal al “gañán”, personaje encargado de arar la tierra durante la siembra, así como en la cosecha, además se baila al momento de despedir el ganado que se retiran rumbo a las estancias. Así como estas dos danzas existen muchas otras manifestaciones que este 10 de noviembre podrán verse en acción, interpretados por los pobladores tales como “La herranza” que es el tributo a los apus y puquiales, así como el agradecimiento a los pastores y pastoras.

Se baila al compás de la tinya, wacra y los cánticos de las cantoras nativas.

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