En el último año de gobierno de la presidente Dina Boluarte, la izquierda peruana se enfrenta de cara a la realidad: reconocer y asumir su responsabilidad de una gestión marcada por el fracaso.

La estrategia de culpar a la derecha –la cual no gobierna ni detenta el poder- por los problemas y fracasos actuales no solo es vergonzoso, sino también un intento desesperado de evadir la verdad. La izquierda intenta distorsionar la narrativa, como así lo hace el líder de Perú Libre, Vladimir Cerrón, es innegable que este gobierno es, ha sido y seguirá siendo de IZQUIERDA.

La economía peruana cierra el año 2023 sumida en una recesión, con un gasto público que supera los ingresos. La gestión económica ha sido la peor en muchos años, y es hora de que la izquierda admita su ineficiencia e incompetencia. No podemos pasar por alto la ola de inseguridad que asola el país, y es inexcusable que la presidente Dina Boluarte admita de forma tardía que no tiene un plan para abordar este problema, como fue la burla nacional del famoso “Plan Boluarte”. Otro gran problema con el que cerramos es sobre fenómeno El Niño. La ausencia de políticas preventivas demuestra una falta de visión y planificación que no se puede atribuir a otros más que al Ejecutivo.

La izquierda debe dejar de negar su fracaso y asumir su culpa. Es hora de abandonar la retórica evasiva y abrazar la responsabilidad que conlleva gobernar. Solo así podremos afrontar los desafíos de nuestro país por el bien de todos los peruanos.