Los inspectores de tránsito de Huancayo trabajan entre agresiones, insultos y amenazas constantes. Aun así, deben cumplir con su labor fiscalizando el transporte público en toda la provincia.

Actualmente, solo son 26 agentes para cubrir turnos desde las seis de la mañana hasta las diez de la noche, y pese al reducido número, continúan enfrentando situaciones de violencia física y psicológica casi a diario.

El gerente de Tránsito y Transportes de la Municipalidad Provincial de Huancayo (MPH), Jorge Quispe, confirmó que este año ya se registraron entre 10 y 12 agresiones contra inspectores, entre golpes, intentos de atropello e incluso casos de secuestro breve. “Ha habido intentos de atropello, muchas veces los han arrastrado y, justamente, porque quieren escaparse de la fiscalización o evitar que sus vehículos queden retenidos”, explicó.

Uno de los casos más graves, según cuenta el funcionario, ocurrió cuando un vehículo informal intentó huir con un inspector dentro luego de que este realizara la intervención. “El conductor agarra otra ruta, cierra las puertas y quiere escaparse con el inspector dentro, él de inmediato avisa y solicitamos el apoyo de la Policía Nacional para acudir al punto”, relató Quispe. En otro hecho, un inspector terminó internado luego de que realice la intervención a un conductor informal y este llamara a sus familiares, quienes llegaron a insultar y agredir al inspector; uno de los familiares alcanzó a lanzar una piedra grande al inspector que le reventándole la boca.

Las zonas donde ocurren más ataques son puntos marcados por la informalidad como la Av. Evitamiento (donde operan vehículos que salen hacia Lima en la modalidad de colectivo), el Parque de los Héroes y el sector del parque Madre Huanca. “En esas áreas, los inspectores también han sido emboscados por llamadores o grupos organizados que protegen a los autos informales. Han tirado ladrillos a la camioneta con la que acudimos a realizar los operativos y han generado destrucción a la propiedad pública”, sostuvo Quispe.

El gerente remarcó que la informalidad representa cerca del 30% de todas las infracciones impuestas este año y es, precisamente, en esas intervenciones donde ocurren más agresiones. A ello se suma que muchos administrados recurren a amenazas o a llamar a familiares y amistades para impedir el trabajo de fiscalización. “Vienen con amigos, familiares, todos quieren agredir y proteger al infractor. Así nunca se va a poder ordenar la ciudad”, denunció.

Además de los ataques físicos, los inspectores deben lidiar con denuncias presentadas por los mismos transportistas. “Más del 50% del personal tiene procesos por presunto abuso de autoridad o discriminación. Eso nos desgasta, porque las horas que deberían estar fiscalizando en las vías, deben ir a declarar”, lamentó Quispe.

Pese a los riesgos, el funcionario afirmó que los inspectores cuentan con el apoyo legal y el seguro de salud correspondiente. “Todos los inspectores cuentan con seguro y reciben capacitaciones sobre normatividad, manejo emocional, seguridad vial y primeros auxilios. También hay que enseñarles a mantener siempre la calma, no perder el tema emocional, que podría ser fatal”, señaló el gerente.

Quispe también advirtió que Huancayo necesita reforzar urgentemente su sistema de control del transporte, por lo que se proyecta hacia el 2026 contar con la fiscalización electrónica y fotopapeletas. “El costo de cada cámara supera los 20 mil soles, pero sería necesario para no seguir exponiendo al recurso humano. Si no llegan los presupuestos, quedará en un estudio más”, advirtió pidiendo apoyo de la Policía y la Fiscalía para enfrentar la violencia contra inspectores.

Según información brindada por la Gerencia de Tránsito y Transportes de la MPH, los inspectores reciben constantes amenazas no solo de conductores, a ellos también se suman los gerentes de empresas informales, quienes intentan intimidarlos cada vez que realizan una intervención. También la población se pone del lado del infractor e insulta a los agentes.