La IE n.° 30024 Virgen de Fátima, en Sapallanga, tiene 74 años de labor formando generaciones, pero atraviesa una de las etapas más críticas de su historia. Su infraestructura declarada en emergencia, según afirma su director Hugo Carbajal, ya no puede ser utilizada y obliga a más de 650 estudiantes de inicial y primaria a estudiar en condiciones limitadas. “Nosotros tenemos una infraestructura muy antigua que está declarada en emergencia. Esto ya no podemos ocupar”, explica el director.

Pese a las restricciones, la comunidad escolar continúa funcionando gracias a los pocos ambientes aún seguros. “Estamos tratando de cumplir con nuestra labor en los ambientes que tenemos del otro lado, que están en buenas condiciones”, indica Carabajal. Sin embargo, estos espacios resultan insuficientes y han obligado a la institución a trabajar en dos turnos.

Un proyecto de reconstrucción parecía encaminado luego de que el Gobierno Regional y el Ministerio de Economía aprobaran alrededor de 24 millones de soles para la obra. Sin embargo, el cronograma no se estaría cumpliendo. “Había un primer cronograma de que en el mes de octubre debíamos poner la primera piedra. No se ha cumplido. Este 29 de noviembre vencía el plazo para otorgar la buena pro, esperemos que no haya nuevos retrasos, porque parece que hacen oídos sordos”, advierte el director.

Carabajal reconoce que, si bien la comunidad es solidaria, no descartan tomar acciones más drásticas si continúan los incumplimientos. “Cuando se trata de reclamar, tendremos que hacerlo. Espero que no lleguemos a esos extremos de ir al Gobierno Regional, tomar las calles. Solo así, creo, nos escuchan”, afirma.

El deterioro salta a la luz con grietas, paredes descascaradas y ocho aulas completamente inutilizables, además de la zona administrativa. “Estos ambientes ya no los utilizamos. Las ocho aulas que ya no se utilizan están totalmente cerradas y solo sirven como almacén”, detalla el director. Por ello, la institución también exige que se implemente el plan de contingencia antes del inicio de obra, para tener espacios adecuados donde reubicar temporalmente a los estudiantes.

De acuerdo al director del plantel, la institución enfrenta necesidades urgentes en servicios básicos y soporte socioemocional. “Queremos el apoyo con psicólogos. Hay bastante necesidad y problemas emocionales”, subraya Carabajal. Para cubrir esa demanda , el director afirma que vienen gestionado convenios con algunas universidades, pero aún resultan insuficientes para la población que atienden.

La población estudiantil incluye a muchos niños provenientes de diversas zonas altoandinas que enfrentan precariedad. “Son niños que vienen de Huancavelica, Ayacucho y otras zonas, han llegado de lugares donde hubo violencia, tienen problemas económicos”, comenta.

El acceso al agua es otro problema grave. Sapallanga no cuenta con redes suficientes y la dotación es por horas. “Solo tenemos agua por horas. Tenemos que juntar en algunos recipientes para poder hacer la limpieza de los servicios higiénicos y la higiene de nuestros niños”, explica. El colegio mantiene tanques aéreos, pero solo sirven como medida de emergencia.