En condiciones inhumanas e insalubres continúa funcionando el Centro de Salud de Chilca, cuyos trabajadores salieron a protestar para exigir una nueva infraestructura tras más de 30 años de abandono por parte de las autoridades.

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El personal médico denunció que el establecimiento no cuenta con agua potable en los baños, obligándolos a lavarse las manos con agua almacenada en baldes, lo que incrementa el riesgo de infecciones. A ello se suma la presencia de roedores, palomas y sus heces dentro del centro, afectando gravemente la salubridad del lugar.

“Un día estaba atendiendo un parto cuando hubo un cortocircuito. El fuego estuvo a punto de propagarse. Tuvimos que apagarlo con lo que teníamos a la mano”, relató Yeni Ricse, trabajadora del establecimiento. Las conexiones eléctricas son obsoletas y representan un constante peligro para el personal y los pacientes.

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Si bien hace poco se reparó el cielo raso, los trabajadores aseguran que el verdadero problema es el techo, que durante las lluvias presenta filtraciones que deterioran la estructura y terminan inundando consultorios.

La situación es crítica: hacinamiento, riesgo de incendios y una infraestructura colapsada. La Contraloría General de la República ya había advertido en 2020 que el centro era de “alto riesgo”, pero hasta hoy no se han tomado medidas concretas.

Los trabajadores de salud exigen con urgencia la construcción de un nuevo establecimiento que garantice condiciones mínimas de atención para la población de Chilca.

VIDEO DE LA PROTESTA