En medio de profundas escenas de dolor y melancólicas canciones en quechua, ayer los familiares, amigos y gran cantidad de transportistas dieron el último adiós al taxista Faustino Huamán Vargas, que murió en manos de una banda de matataxistas, que fingiendo ser pasajeros le tomaron una carrera para luego acabar con su vida.

Durante el cortejo fúnebre, la multitud gritaba en todo momento: “Justicia para Faustino, justicia”.

Entre los dolientes, su hermano, Edgar Huamán Vargas pidió que exista una profunda investigación y que se pueda dar con los responsables de este crimen.

“Exigimos justicia, le pido a las autoridades que investiguen. Como taxistas corremos peligro en la ciudad de Huancayo, hay mucha inseguridad”, mencionó, indicando que el vehículo era de su propiedad y lo prestaba a su hermano Faustino para que trabaje.

Dijo que sus colegas se han organizado para buscar el vehículo, pero no hay rastro.

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ORGANIZADOS. Los taxistas de diversas empresas, también presentes, hablaron del temor que sienten al salir a trabajar entre las 7 de la noche y las 3 de la madrugada, que son los horarios cuando más ocurren los asaltos a los hombres del volante en Huancayo.

“A nuestro compañero lo mataron, ya es momento, hermanos taxistas, de organizarnos y hacer la justicia con nuestras propias manos, porque ya no estamos seguros, queremos poner las radios para comunicarnos y pasarnos la voz, si alguien es asaltado”, dijo el conductor de Taxi Line, Walter Surichaqui, que terminó con la oreja cortada en un asalto en Huayucachi.

La madre de la víctima Grimanesa Vargas, sus hijos y tíos lloraban desconsolados a punto de desmayar, en el momento que ingresaban el féretro de Faustino Huamán al nicho donde descansa en el cementerio Esperanza Eterna. En quechua pedían justicia y cantaban huaynos de lamento, por el dolor que les genera la partida del padre de dos niños y que era el sustento de su anciana madre