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Recientemente dos escolares de una conocida institución educativa de Huancayo se quitaron la vida y con ello salta la pregunta ¿Qué puede llevar a un menor de trece años de edad a tomar la decisión de quitarse la vida?, ¿Cuáles son las causas para que un escolar no quiera regresar a su colegio? ¿Por qué apartarse de sus amigos o experimentar súbitos cambios de ánimo?
CAUSAS. Según el coordinador del programa Psicólogos por Colegio, Emerson Zevallos Jurado, una de las principales causas para este desenlace fatal son el trastorno depresivo que se puede presentar en diferentes edades pero que en menores requiere especial atención.
El especialista indicó que en lo que va del año, se detectaron 361 menores con trastorno depresivo en diversos colegios, aunque es provocado por múltiples factores, los principales son el acoso escolar, cyberbullying (burlas en redes), decepciones amorosas o académicas.
CYBERBULLYING. El cyberbullying (o ciberacoso) es considerado como el uso de medios de comunicación digital como internet y mensaje de texto para que otra persona se moleste y se sienta triste o tenga miedo.
El especialista detalló que, a causa de estas burlas repetidas en redes sociales, los alumnos varones tienden a ser víctimas de hostigamiento (amenazas, denigración y humillación), y las mujeres sufren de violación de la intimidad, siendo obligadas a realizar acciones en contra su consentimiento.
CASOS. Uno de los casos detectados por el programa social es de una adolescente que fue víctima de cyberbullying por parte de sus vecinas, compañeras de clase y alumnas de otra institución educativa.
“Esta niña fue comparada grotescamente con animales por su contextura física, viralizando sus imágenes en diferentes grupos de whatsapp; la menor sufrió un retraso en su rendimiento académico y presentar problemas de autoestima. Este hecho, de no ser atendido a tiempo podría tener un desenlace fatal”, indicó el coordinador.
En este caso el psicólogo por colegio de turno, fue a realizar una entrevista psicológica individual y familiar, además de brindar soporte emocional a través de consejerías e implementación de talleres de habilidades sociales donde se buscó fortalecer su autoestima, comunicación y toma de decisiones.
De la misma forma se sensibilizó a los involucrados y se llegó a una conciliación. Actualmente la niña ha superado su tristeza y ahora tiene nuevas amistades.
Finalmente, Zevallos Jurado hizo un llamado de atención a los docentes y padres a estar atentos, al comportamiento de sus hijos con este tipo de comportamientos, recurriendo a los psicólogos del programa o de los centros de salud que cuenten con dicha especialidad.