escolares ebrios
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El consumo de drogas entre escolares de secundaria en la región Junín muestra una preocupante tendencia al alza. Según el Estudio Nacional de Consumo de Drogas en Estudiantes de Secundaria 2024, elaborado por la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), la prevalencia anual del consumo de drogas legales —como alcohol, tabaco y cigarrillo electrónico— pasó de 15.1 % en 2017 a 17.7 % en 2024, mientras que el uso de drogas ilegales (marihuana, cocaína, PBC, éxtasis e inhalantes) subió de 2.8 % a 2.9 % en el mismo periodo.

Panorama

El incremento más marcado se observa en el consumo de drogas médicas sin receta, que casi se ha duplicado: de 2 % en 2017 a 3.8 % en 2024. Estas sustancias incluyen tranquilizantes y estimulantes usados con fines recreativos, sin supervisión médica. “Ha habido un incremento del consumo, tanto de las drogas legales, como alcohol y tabaco, como de las ilegales, principalmente marihuana. Pero el aumento más grande se ha dado en las drogas médicas”, informó el subdirector de Prevención del Consumo de Drogas de Devida, Eduardo Cruz Díaz.

Explicó que se trata de medicamentos como ansiolíticos y antidepresivos, cuyo uso debe darse únicamente bajo prescripción médica. En ese sentido, exhortó a las autoridades a reforzar la fiscalización de farmacias para evitar su expendio sin receta.

Cruz Díaz también advirtió sobre el uso de mezclas peligrosas entre escolares, como el “Lean” o “Purple Drank”, una combinación de jarabes con codeína y alcohol, consumida por el 5.5 % de estudiantes en Junín. Asimismo, se detectó el uso de “tucibí” o cocaína rosada, con una prevalencia del 0.9 %. “Aunque el porcentaje parezca bajo, representa cerca de 700 escolares que han probado estas sustancias. Su consumo combinado con alcohol agrava los daños físicos y neurológicos”, alertó.

Según Devida, el consumo excesivo de alcohol en la adolescencia es un indicador clave de riesgo, ya que se asocia con violencia interpersonal, lesiones, bajo rendimiento académico y conductas sexuales de riesgo. Además, incrementa la posibilidad de desarrollar trastornos por consumo de alcohol en etapas posteriores.

En Junín, los escolares comienzan a beber alcohol a los 13 años y a consumir marihuana a los 14, lo que los expone a mayores riesgos físicos y mentales. “Estamos viendo casos de inicio incluso más temprano. Esto es preocupante porque el consumo precoz interrumpe un sano desarrollo neuronal y eleva las probabilidades de adicción”, explicó Cruz.

Un dato alarmante es que las mujeres escolares consumen más alcohol que los varones: 17.8 % frente a 11.9 %, respectivamente. “El consumo femenino es superior y eso preocupa porque el organismo de las mujeres procesa el alcohol con mayor dificultad, lo que las hace más vulnerables a los daños”, advirtió.

Acciones

Devida identificó como factores de riesgo la disponibilidad de drogas, la presión de pares, la baja autoestima y la falta de comunicación familiar. Para enfrentarlos, implementa programas preventivos que fortalecen habilidades psicosociales y promueven alternativas saludables al consumo.

Además, informó que Devida trabaja junto al sector de Salud en módulos de tratamiento e intervención breve para atender casos de consumo problemático. No obstante, Cruz advirtió que las acciones preventivas no alcanzan a todas las instituciones educativas por limitaciones presupuestales. “Necesitamos más recursos para ampliar la cobertura. Exhortamos a las autoridades a priorizar este tema en sus agendas”, puntualizó.