El reciente anuncio del Congreso sobre la prohibición del uso de minifaldas y pantalones cortos para sus trabajadoras, ha desatado un intenso debate. Esta medida, que se implementa en medio de investigaciones sobre una presunta red de prostitución dentro del Legislativo, ha sido criticada por muchos como un intento de desviar la atención de problemas más graves que afectan a la institución. Mujeres autoridades de la región han alzado su voz.
Kelly Flores, presidenta de la Red de mujeres autoridades de Junín (Remaj), expresó su rechazo a esta decisión.
“La vestimenta comunica, emite un mensaje y tendría que ajustarse a las formas de lugar, tiempo u ocasión. Nuestra manera de vestir implica el ejercicio de una libertad. Sin embargo, en una institución en la que el abuso, la corrupción, los ‘mocha sueldos’, el ‘tarjetazo’ y ahora involucrados en una presunta red de prostitución, es claro que la restricción busca desviar el gran problema de fondo. Como presidenta de la Remaj emitimos constante rechazo a estereotipos que hipersexualizan a las mujeres en instituciones”, dijo.
A su turno, la regidora de Huancayo, Fiorella Fabián, demandó una investigación exhaustiva sobre las denuncias de acoso y prostitución en el Congreso, calificando las nuevas restricciones como una “cortina de humo” para ocultar la ineficacia legislativa y la corrupción que envuelven a muchos congresistas.
“Ahora creen que dando medidas prohibitivas a la vestimenta de las trabajadoras del Congreso, cambiarán las cosas. Es un acto discriminatorio, y sobretodo constituye una cortina de humo para distraer su alicaída aprobación” sostuvo.
La prohibición se formalizó a través de un comunicado que establece que presentarse con vestimenta inadecuada será considerado una falta sancionable. Aunque el Congreso argumenta que busca mantener un decoro institucional.