En una encuesta reciente sobre la delincuencia y la inseguridad ciudadana en el país, se menciona que el 57% de compatriotas aseguró que no confía en que el Estado pueda evitar los delitos violentos y los actos criminales  en su comunidad.

En otras palabras, esto significa que, desde una mirada desde la seguridad ciudadana, el Estado está extremadamente deslegitimado. La mayoría de los peruanos concluye que nuestros políticos y gobernantes son los responsables de que se haya desembocado en un Estado ineficaz en cuanto a nuestra seguridad.

Y esto no solo es una percepción, sino algo real: los ciudadanos sentimos que cada vez que nuestros hijos salen a estudiar, o nuestra pareja o padres salen a trabajar, no tenemos la certidumbre de que vuelvan a la casa sanos y salvos.

Es como si salieran a una guerra, a un mundo del sálvese quien pueda, a una jungla, donde no hay derechos: solo hay vándalos delincuentes que nos imponen su voluntad colocándonos un arma en la cabeza o cobardemente amenazando a nuestros hijos y seres queridos.

¿Qué podemos hacer?. La mayoría de nuestros partidos políticos están en crisis; son pocos los que están tratando de construir opciones serias, con equipos de profesionales honestos y gerentes de primer nivel, con programas de gobierno muy técnicos, pero a la vez realistas y pragmáticos. Hagamos un esfuerzo para que en la próxima elección tengamos un voto reflexivo y responsable, y estar conscientes de que nos estamos jugando el futuro del Perú.