La mayoría de menores que cae en explotación no sabe que es víctima
La mayoría de menores que cae en explotación no sabe que es víctima

La trata de personas, no tiene cifras exactas, además para muchos especialistas es un delito ‘invisible’, por ser un tema que pasa inadvertido para el Estado y la ciudadanía pese a su gravedad. El proyecto denominado Ruta Única de Atención contra la  de Niñas, Niños y Adolescentes (RUA) que fue realizado por la ONG italiana Cesvi y la Asociación Cultural Teatro Vivo, reveló que existe un nuevo perfil de trata de personas, pues ya no son solo jóvenes sin hogar o con necesidades económicas, sino también adolescentes que buscaban un bienestar material.

EXPLICACIÓN. En la región  no hay una área especializada en materia de trata de personas. Pero, si tiene un espacio dentro del delito de crimen organizado, refirió el coordinador de la Unidad Distrital de Asistencia a Víctimas y Testigos (Udavit) del , Miguel Torres.

También, dijo que el delito de trata de personas es muy complejo. “Es amplio por el tema de la víctima, a veces la víctima no se siente víctima”, precisó. Agregó que para la fiscalía si es menor de edad, no importa si hay consentimiento de la víctima. Y que el trabajo del área es cautelar el testimonio de las víctimas quienes participan en un proceso de investigación.

El estudio de la RUA, evidencia que las víctimas a quienes denominaremos como ‘víctima clásica’, son aquellas que están paradas en las calles consumiendo terokal o pasta, ofreciendo servicios sexuales y siendo explotadas por un proxeneta. A pesar que es un estereotipo, aún existen y hay menores en las calles con esas características. No obstante, hay un gran número de adolescentes que no viven en pobreza extrema, están con sus padres y estudian, pero tienen otras necesidades porque quieren tener lo que tiene la vecina o pertenecer al grupo de chicas exitosas de la sociedad, y lo obtienen negociando su cuerpo, sin darse cuenta de que se convierten en víctimas.

PERSUASIÓN. La modalidad de captación más común es la falsa oferta de empleo. Se ofrece trabajo a las víctimas a través de agencias, mercados, avisos, directamente donde les aseguran pagar un buen dinero mediante un trabajo fácil. Igualmente existen otras modalidades, la denominada ‘seducción’, hay personas dedicadas a enamorar a la víctima y ofrecerle una mejor vida en otro lugar. El ‘padrinazgo’ cuando la menor es entregada a algún conocido o pariente para que reciba educación pero esa situación nunca se da. Igualmente a través de chats, blogs y redes sociales que son espacios donde los delincuentes establecen comunicación con sus víctimas y ganarse la confianza y engañarlas.

“Las víctimas son mujeres de 13 a 27 años, la mayoría para explotación sexual”, manifestó el especialista. 

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