Luis Portales Velázquez (79 años), es uno de los abuelitos del asilo “San Vicente de Paúl” de Huancayo, que a diario se pone un peluquín y nariz de payaso y se convierte en el narrador de cuentos de los niños de 4 y 5 años de un albergue contiguo. Todas las mañanas cuando se levanta va pensando en qué historia puede contar en el día y según sus recuerdos, les pide ayuda a las tutoras del CAR para que puedan imprimirle el cuento completo y practicar.

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Lucho, como todos lo conocen, suele ser uno de los más alegres y activos del albergue, por ello, pidió que le permitan visitar el CAR “Domingo Savio” para contarles cuentos a los niños albergados por desprotección familiar, para llevarles un poco de alegría.

“Yo soy el payasito bueno, me gusta contar estos cuentos a los niños. Me da gusto que las tutoras me ayuden y así pueda hacer actividades para estar feliz. Me recuerdo muchas historias de cuando era chico y quiero compartirlo”, dijo feliz Lucho Portales.

Durante las mañanas, los pequeños del CAR Domingo Savio, hacen una pausa a las clases para salir al patio y escuchar los cuentos del payasito cuentacuentos que llega bailando a sus aulas y con una sonrisa les pide atención para empezar con la narración del día. El último cuento que les contó es “El niño y los clavos”, el cual tiene un mensaje de respeto y tolerancia con los padres y uno mismo.

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El abandono y una nueva familia

“Por su avanzada edad, Lucho tiene el apoyo de las tutoras quienes le ayudan recordando las historias completas y dándole ánimos para que siga realizando su actividad favorita”, afirmó la directora del CAR San Vicente de Paúl, Paola Gálvez Palomino. La funcionaria contó que él llegó hace casi dos años al CAR al ser encontrado desprotegido y sin ningún familiar que pueda cuidarlo.

Su nueva familia son ahora los 48 abuelitos con los que vive en el albergue y, los niños a quienes les cuenta las historias, son como sus hijos y nietos que quisiera tener cerca. Guarda como tesoro debajo de su cama su peluquín y su nariz de payaso, para seguir practicando sus cuentos y show de payasito que lo anima a seguir día a día.

“Hasta que ya no pueda hablar y caminar, hasta ese momento contaré cuentos. Aún tengo la fuerza y quiero hacer feliz a los niños y niñas que están como nosotros solos sin familia”, señaló Lucho Portales.