Un reciente informe estadístico del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), detalla que más de 247 mil personas en la región Junín se encuentran trabajando en condiciones de informalidad, sin acceso a contratos formales, beneficios laborales, entre otros. En Huancayo se encuentra el 94.7 % de estas personas.
Cifras
De los 247, 6 mil trabajadores informales que se tiene; unos 91,5 mil son jóvenes de entre 18 y 29 años; 37,6 mil personas con discapacidad y 4884 ciudadanos extranjeros que también se desempeñan en el mercado informal.
En cuanto a la cantidad distribuida en las diversas provincias, Huancayo es el epicentro de la informalidad en Junín, concentrando el 94.7% que equivale a 234,5 mil trabajadores en esta situación. Le siguen Chanchamayo (42,8 mil), Tarma (32,5 mil), Satipo (27,2 mil) y Jauja (26,3 mil). En tanto, las provincias con menor incidencia son Concepción (15,6 mil), Yauli (12,7 mil), Chupaca (12,3 mil) y Junín (8,3 mil).
Entre las conclusiones que se tiene es que alta migración interna hacia Huancayo, provenientes de regiones y provincias vecinas, en busca de mejores oportunidades estaría contribuyendo al crecimiento de la informalidad. Además, factores como el escaso dinamismo económico, la baja oferta de empleo formal y las trabas burocráticas para formalizar negocios agravan el panorama en otras ciudades.
Mujeres y sector rural
Otro de los datos relevantes es sobre el género más afectado. El informe revela que la informalidad laboral afecta a 213 mil mujeres (49,8 %), superando ligeramente a los hombres (200,6 mil – 46,9 %). Un 3,3 % de los trabajadores no tiene datos registrados sobre su género.
Las principales causas de esta diferencia se vinculan a la concentración de mujeres en sectores como el comercio informal, el trabajo doméstico y el autoempleo, así como a la doble carga de trabajo que muchas enfrentan: labores del hogar y empleo externo.
También en zonas urbanas se registra el mayor porcentaje de informalidad. El 89,3 % de los trabajadores informales (382 mil) reside en zonas urbanas, mientras que el 10,5% (44,9 mil) en zonas rurales.
En las ciudades, los informales se concentran en actividades como el comercio ambulatorio, los servicios personales y el autoempleo.
En contraste, en las zonas rurales la informalidad está mayormente asociada al trabajo agrícola, donde no existen condiciones mínimas de seguridad social ni derechos laborales garantizados.