En la región Junín, los casos de abuso sexual mantienen cifras alarmantes, según los últimos reportes oficiales como el portal estadístico del Programa Nacional Aurora (PNA) del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. De acuerdo al informe del PNA, el año 2024, la región cerró con 6,985 denuncias por violencia y 1,465 corresponden a violencia sexual.
Los Centros de Emergencia Mujer (CEM) con más incidencias son el CEM Huancayo (148 casos), CEM Pangoa (167 casos) y el CEM que está al interior de la comisaría de Huancayo (192 casos).
Por otro lado, en el primer trimestre del 2025 se va registrando 1820 denuncias por violencia, 328 corresponden a violencia sexual. Los CEM con más incidencias son el CEM de la comisaría de Mazamari (32 casos), de la comisaría de Huancayo (39 casos) y el CEM de Pangoa (46 casos). La violencia sexual es una de las formas más devastadoras de agresión que afecta y mantiene alerta a la región, y la posible tendencia creciente muestra la gravedad del problema que afecta a diversos sectores de la población, sobre todo a las mujeres.
De acuerdo con las cifras de los CEM, el 57.4% de las mujeres en Junín han sufrido violencia por parte de su pareja, y un 8.6% ha sido víctima de violencia sexual. Estos datos son parte del reporte de atenciones de los CEM, que siguen recibiendo un número significativo de denuncias año tras año. La situación exige una respuesta contundente de las autoridades, en especial en lo que respecta a la prevención y atención a las víctimas, quienes en muchos de los casos no suelen denunciar los hechos.
Deja una huella
El psiquiatra Carlos Mendoza, del hospital Daniel Alcides Carrión, advierte que los abusos sexuales dejan huellas profundas en las víctimas.
“El abuso sexual es una de las situaciones que conlleva mayor violencia y mayor nivel de consecuencias negativas en la salud emocional”, señala el especialista, quien también refiere que es crucial que un profesional intervenga lo más temprano posible para evitar complicaciones severas en la salud mental de las víctimas, especialmente en los casos de menores de edad.
El psiquiatra Carlos Mendoza también destaca que las víctimas de abuso suelen enfrentarse a sentimientos de culpa y vergüenza, lo que dificulta que hablen de lo sucedido.
“Es importante que las familias mantengan una comunicación abierta con sus hijos, para que puedan confiar y hablar de cualquier situación que los esté afectando”, aconseja el psiquiatra. Además, menciona que los cambios emocionales y conductuales, como el retraimiento y la irritabilidad, pueden ser señales de alerta para los padres.
Perfil del agresor
Para el profesional, el perfil del abusador suele estar vinculado a experiencias previas de abuso o dificultades para mantener relaciones saludables. “El abusador es plenamente consciente de que está causando daño, pero busca satisfacer sus deseos de manera patológica”, afirma.