El reciente operativo de la Policía Nacional del Perú (PNP) y la Fiscalía Anticorrupción de Junín en Huancayo, destinado a capturar al exgobernador regional Vladimir Cerrón Rojas, ha dejado más dudas que respuestas. A pesar de la planificación anticipada y de la supuesta vigilancia sobre varias propiedades, Cerrón logró evadir la captura, alimentando la sospecha de que la acción fue más un espectáculo que un esfuerzo genuino por parte de las autoridades.

Desde hace más de un año, Cerrón se encuentra prófugo y, según informes, ha estado utilizando propiedades de familiares y allegados del partido Perú Libre en Huancayo para ocultarse. A pesar de contar con un informante que proporcionó datos sobre su paradero y movimientos, el operativo se desarrolló sin éxito. Esto plantea serias interrogantes sobre la eficacia de la inteligencia policial. Si las viviendas estaban bajo vigilancia, ¿cómo es posible que el exgobernador se escapara antes del allanamiento?

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Un informante

La resolución emitida por la magistrada anticorrupción de Junín July Baldeón, que autorizó los allanamientos, revela que Cerrón B/O (blanco objetivo) “Ernesto” se movía entre seis propiedades de familiares y militantes de su partido Perú Libre. Sin embargo, el hecho de que la PNP no lograra capturarlo sugiere cierta protección.

Según el Informe n.° 486-2024 de la Dirección Contra la Corrupción, los inmuebles tienen las siguientes direcciones: jirón Progreso n.° s/n – Tres de Diciembre – Chupaca – Junín, registrado a nombre de Oscar Eustaquio López Lizano, padre de Henry Fernando López Cantorín y tío del prófugo.

Asimismo la del pasaje Angaraes n.° s/n – Huancayo, registrado a nombre de Dolores Graciela Barrientos Aroni del Jirón Yanama n.° 1702 – Huancayo y registrado a nombre de Eleodora Lizano de López y Oscar López Lizano, familiares de Henry López.

A su vez, el inmueble ubicado en la avenida Coronel Leoncio Prado Gutiérrez n.° 2270 y 2274 – Chilca, a nombre de José Orihuela Tapia.

De la misma manera está la casa del Jr. Lima n.° 1811-1813 – Huancayo , registrado a nombre de Bertha Rojas López.

También la del jirón Los Ángeles n.° 596, interior B en el asentamiento humano La Primavera, El Tambo, Huancayo, registrado a nombre de Carlos Zárate Villalobos, expersonal de resguardo de Cerrón conocido como “Chaleco”.

Otra registrada en el jirón Los Olivos n.° 171, El Tambo, registrado a nombre de Dolores Graciela Barrientos Aroni, madre de Leslie Gómez.

El informante señala que Leslie Jheny Gómez Barrientos, conocida como “Blanquita”, sería la actual pareja sentimental de “Ernesto” y lo estaría ocultando. Además, por el tiempo que lleva en la clandestinidad, padece de estrés emocional, trastorno depresivo y agorafobia (experimenta malestar en espacios cerrados).

Interrogantes

La resolución menciona que el exgobernador tenía la costumbre de conectarse a sus redes sociales entre las 11 de la noche y las 3 de la mañana, un dato crucial que indica que estaba activo y posiblemente localizable en ese horario y en esas viviendas.

Desde el 4 de octubre, la PNP había estado llevando a cabo tareas de inteligencia y vigilancia sobre los inmuebles mencionados. En ese trabajo, el 10 de octubre, en el inmueble de propiedad de Carlos Zárate Villalobos, “Chaleco”, se observó mucho movimiento de personas entrando y saliendo, y las luces se apagaron a las 11 de la noche. Sin embargo, lo extraño es que el 11 de octubre, a la 1:30 de la mañana, una habitación de la casa permaneció con las luces encendidas. Si se sabía que esa rutina la tenía “Ernesto”, ¿cómo es que el día del allanamiento no se lo capturó allí? Si estuvo allí, ¿cómo pudo cambiarse de refugio si la casa estaba vigilada? Cabe precisar que el mismo 11 de octubre, varias camionetas de familiares del “Chaleco” salieron de la casa.

Otro dato sospechoso es que el 9 de octubre llegó Bertha Rojas López, madre de Cerrón, proveniente de México a Lima y luego se trasladó a Huancayo, coordinando con personas de confianza para que pudiera visitar y hacer el traslado de “Ernesto” a otro punto en Huancayo.

El 12 de octubre, en la vivienda de la calle Los Dogos n.° 121 de propiedad de Cerrón, que se hallaba vigilada, entró su madre, que vive sola en el lugar. Sin embargo, a su llegada, las luces de una habitación del segundo piso estaban encendidas y se apagaron cuando salió a las 8 de la noche. Estas se volvieron a encender de una a cuatro de la madrugada, justo en el período en que Cerrón estaba activo en redes.

Esto resalta la posibilidad de que el exgobernador contara con una red de apoyo que le permitió escapar nuevamente.

La relación de Cerrón con Leslie Jenny Gómez, quien supuestamente le proporcionaba refugio y apoyo logístico, añade otra capa a esta supuesta red de protección.

Si las fuerzas del orden tenían conocimiento de esta relación, ¿por qué no se tomaron medidas adicionales para evitar que Cerrón escapara una vez más? La sensación de que hay una red de complicidad detrás de su huida es cada vez más palpable.

Además, la reaparición constante de Cerrón en redes sociales, incluso durante su tiempo en la clandestinidad, pone en entredicho la seriedad de las acciones policiales. Además, según la PNP, otros miembros de su familia, como Yuri Olivera, apodado “El Jaguar”, también habrían estado manejando sus redes sociales. Sin embargo, no existe investigación en su contra.