“En 1993 la UFC juntó a peleadores de deportes de contacto para saber cuál era el más fuerte. Ganó Roycie Gracie con el jiu jitsu brasileño. Era el peleador con menos peso, menos tamaño y físicamente más débil. Pero con técnica tuvo el control de los otros peleadores de artes marciales”. Con esta breve introducción, Farid Buendía Castro, instructor de artes marciales mixtas, quien lleva 15 años dedicándose al jiu jitsu, nos habla de este deporte de origen japonés pero que se practica en nuestro país con la variación que hicieron años atrás en Brasil.
“Es un deporte de contacto, de lucha cuerpo a cuerpo, en el que un oponente de menor fuerza puede derribar, controlar o finalizar a un oponente mucho más fuerte”, señala.
En el jiu-jitsu la pelea se hace netamente en el suelo, al ras de lona y no existen golpes.
“Por eso no es tan lesivo. Es un trabajo de control donde se busca luxar, controlar, finalizar, proyectar. Hay un trabajo previo físico, hay un entrenamiento integral. También está la parte personal. La formación de la humildad la lealtad, el honor, perseverancia y el respeto”, comenta Farid Buendía.
Sobre el nivel de los peleadores huancaínos, nos cuenta que son reconocidos a nivel nacional e internacional.
Destaca a Pool Chupayo, referente máximo en cinturones azules. También a Piero Córdova, Joshime Aliaga, todos campeones vigentes y que hace poco estuvieron en el mundial en Sao Paulo - Brasil.
“Ya sea en el jiu-jitsu, kick boxing, muay thai o el boxeo, somos potencia a nivel nacional. El peleador huanca es conocido por su garra, su corazón y también por el famoso “7 pulmones” que le dicen al peleador huancaíno. Por el entrenamiento en altura es más fuerte, estamos a más de 3 mil metros sobre el nivel del mar y vayan a donde vayan se adaptan fácilmente”, nos dice.
Persistencia y preparación
Conversamos también con Pool Bruce Chupayo Salvatierra (27) comunicador de profesión, pero que ha decidido dedicarle su vida a este deporte en el que empezó desde los 10 años. Dice que la mayor fortaleza es la pasión y aunque es cierto que destacamos a nivel internacional, el apoyo de instituciones y marcas para esta disciplina es muy poca. Eso no lo detiene.
“No solo es practicar, también es estudiar, ya que implica bastantes cuestiones biomecánicas de fuerza. No solo viajamos a competencias sino a seminarios con campeones mundiales que vienen al Perú. Hay una fuerte inversión para seguir aprendiendo y absorber todo el conocimiento posible”, señala. Chupayo Salvatierra aspira a volcar esos conocimientos formando nuevos peleadores. Para ello, también ha realizado una maestría en alto rendimiento deportivo.
“Hay que aprender a priorizar, planificar, el control de carga que es importante para deportistas que quieren enfocarse en algo competitivo. Hay que estudiar la manera en la que podemos usar la gravedad del cuerpo, el peso y la fuerza del contrario a nuestro favor. El jiu jitsu no es aplicar fuerza, es derrotar a oponentes muy grandes siendo “pequeños y débiles”. Por ello las mujeres lo pueden practicar como defensa para derrotar a oponentes más grandes y fuertes. También quienes padecen de bullying. Puedes caminar por las calles muy seguro ya que sabes que eres capaz de defenderte sin necesidad de fuerza”, asegura.