Decenas de personas visitaron ayer el cementerio de Huancayo, allí bailaron, rieron, lloraron y cambiaron las flores de sus difuntos padres. No obstante, varios deudos tuvieron que sortear en medio de escombros, materiales de construcción, ya que los nichos de sus seres queridos estaban frente a donde se construyen nuevos pabellones y estar allí es un alto riesgo.

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Uber Benites, es un deudo que acudió al cementerio en su silla de ruedas y pese a su condición tuvo que pasar en medio desechos de construcción, carretillas y materiales regados frente al pabellón, donde descansa su progenitor.

Al ingreso del cementerio, también había gran cantidad de desmonte que dificultaba el paso de las personas. Mientras que en los lavaderos las colas por colectar agua para el cambio de flores era extensa.

Los recuerdan bailando

Al pie del nicho del bailarín Gean Mejía que falleció a los 54 años víctima del cáncer, estaba su hija también danzante folclórica, junto al elenco de arte Eca Perú, ellos bailaron un huayno cerreño, junto a la viuda Ana Villano, que remueve su tristeza cada vez que vuelve al cementerio después de 3 años de su deceso.

Ahora lo recuerdan bailando la tunantada.  En el nicho había ramos de flores amarillas y rojas, pero además una cerveza artesanal con su nombre.

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Más allá, Nataly Medina, puso un parlante con un jocoso santiago, que le gustaba bailar a su padre Obilio Pedro Medina Salinas, sus nietos y su viuda, también los acompañaron.

Después de dos años de pandemia, cuando no se podía concurrir a los campos santos, los deudos vuelven a abarrotar los cementerios para visitar a sus seres queridos y recordarlos con la alegría que caracteriza al poblador del centro del país.