En la región Junín, de 1009 casos registrados de violencia física, psicológica y sexual, el 37% de víctimas son niñas, niños y adolescentes. El médico psiquiatra especialista en niños y adolescentes del Hospital Nacional Ramiro Prialé Prialé (EsSalud Huancayo), Hernán Sinche, aseguró que las consecuencias de la violencia son graves.

¿Cuáles son las consecuencias de la violencia física y/o psicológica en un menor?

De acuerdo a la neuropsicosociología, los primeros cinco años de vida son fundamentales, en esos cinco años se establecieron relaciones vinculares, de confianza, se establece cómo se va a relacionar cuando sea estudiante, cuando tenga pareja, cuando sea un trabajador. Entonces, si un niño es agredido tiene el riesgo de desarrollar rasgos depresivos, ansiosos, paranoias, estamos hablando de niños inseguros, desconfiados, conductualmente agresivos con sus padres o con otros (...). Afecta tremendamente la personalidad, genera comportamientos disfuncionales y predisposición a enfermedades mentales como depresión, ansiedad o de pobre control de impulsos, que termina en violencia.

¿ Cuál es su análisis de los padres que maltratan a sus hijos?

La violencia es un problema de salud pública. Encontramos diversas patologías, son padres que tienen pobre control de impulso, son padres irritados, son padres estresados, son padres que pueden estar haciendo trastornos depresivos, ansiosos, o tienen problemas de personalidad antisocial, que los lleva a poca empatía y finalmente a la desregulación emocional que los lleva a cometer actos violentos. Tenemos que evaluar los casos independientemente, hay padres que buscan ayuda profesional en el sistema de salud mental, pero también hay otros que son evaluados cuando son denunciados e interviene la policía o fiscalía.

¿ Cuál debería ser la forma de corregir a los hijos?

Hay conductas antisociales en los niños, es decir, niños hiperactivos, no se cansan, no terminan sus actividades, tienen torpeza en la motricidad, rompen cosas, son desafiantes, se oponen a la autoridad, tienen un comportamiento patológico, entonces el pequeño debe ser evaluado, y ahí relucen los trastornos mentales más frecuentes que son el déficit de atención, trastornos de conducta antisocial, entre otros. Los padres en su afán de corregir, llegan a un punto que no toleran a estos pequeños, en esa intolerancia los agreden, pero no es la forma. Cuando hay niños que tienen este tipo de diagnósticos deben recibir tratamientos farmacológicos, psicoterapéuticos y de intervención especial.

A la víctima de violencia, ¿qué intervención se le da?

Todo parte de una evaluación y elaboración de una historia clínica, que serán los instrumentos para que el equipo de salud pueda establecer un diagnóstico y tratamiento posterior. Cuando la violencia es detectada a un inicio, los menores se recuperan rápidamente con una buena dinámica familiar. Sin embargo, si es violencia crónica y son sometidos en un largo plazo a la violencia, ya se detectan trastornos de las emociones, y se debe brindar tratamiento terapéutico, combinando medicina y psicoterapia (...).

¿Cree que la violencia sexual es el tipo de violencia que más daña a los menores?

La violencia sexual es un tipo de violencia que marca más a las personas, lamentablemente, la mayoría de las víctimas van a tener trastornos mentales, problemas emocionales, problemas de rendimiento académico, se aislarán, a largo plazo tendrán trastornos de personalidad, inestabilidad impulsiva. Definitivamente es grave, y se registran muchos casos, tenemos que comprometernos a luchar contra este flagelo.

¿ Hay señales para detectar que un menor este siendo agredido?

La violencia genera cambios en los menores, de pronto ya no quieren jugar, ya no tienen hambre, ya no duermen, bajan sus rendimientos académicos, se vuelven irritables, están sensibles, entre otros (...). De otro lado, surgen las conductas desafiantes ya la larga se volverá un niño malcriado y en el peor de los casos, puede responder básicamente.

¿Cuál debería ser el rol de la familia?

Una familia tiene que ser organizada, con comunicación asertiva, distribuir los roles en el hogar, donde los hijos crecen con orden, valores y amor (...).

Finalmente, ¿cómo cambiar el chip de que a los menores se les corrige con golpes?

No se puede generalizar, si bien hay una alta prevalencia de violencia, pero la gente está cambiando. Hay familias que trabajan más en la comunicación, en promover una cultura de paz. Tenemos centros de salud mental, donde hay personal que puede dar orientación. Debemos buscar asesoría de cómo ser padres, o buscar en internet artículos bien desarrollados, entre otros.