Con 80 años de tradición ininterrumpida, la Sociedad de Chonguinos “Samaritana y Exaltación”, del barrio Loreto mantiene viva una de las expresiones más singulares de nuestro folclore: la chonguinada, bailada exclusivamente por varones que en señal de fe y sátira se visten de damas.

“Mi abuelo Virgilio Granados fue uno de los fundadores junto a otras personalidades. Yo soy la tercera generación que continúa con esta danza y hermosa tradición”, afirma con orgullo Alberto Ordoñez, uno de los integrantes más antiguos de la agrupación, quien lleva 39 años danzando bajo la careta.

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La festividad en honor a las cruces de Samaritana y Exaltación se celebra los días 27, 28 y 29 de mayo, con una segunda celebración cada 14 de septiembre. Durante esos días, los bailarines rinden honores a sus cruces vistiendo trajes de chonguinada que pueden pesar hasta 28 kilos.

“Bailamos con 10, 11, hasta 13 fustanes. Se necesita resistencia, fe y mucha convicción. No es fácil que un hombre acepte vestirse como dama”, explica Ordoñez.

Historia de tres generaciones
“Antes bailaban solo varones en el Cerrito de la Libertad, en Chilca, en Paseo La Breña. Hoy muchos han cambiado. Nosotros seguimos firmes, enseñando a las nuevas generaciones”, señala Alberto Ordoñez. Actualmente, entre 10 y 12 parejas conforman la comparsa. Se reúnen mensualmente para organizar las misas y planificar detalles de cada festividad.

“No tenemos coreografía. Cada bailarín tiene su estilo, su sarcasmo, su forma de expresar. Y jamás nos quitamos la careta, porque esto no es para lucirse ni para figurar”, sentencian los integrantes.