La gestión del alcalde de El Tambo, Julio César Llallico, vuelve a estar envuelta en una situación controvertida. Esta vez, no por obras, sino por una cuestionada contratación que ha despertado dudas y críticas entre vecinos: el gasto de 18 mil soles en un servicio para manejar redes sociales y la imagen web de la municipalidad.

Contratación

Lo que más llama la atención es que el contrato fue otorgado a una empresa recién creada. La Corporación de Proyectos Estratégicos y Soluciones CA S.A.C, fue registrada en marzo del 2025 e inició labores en abril y, en tiempo récord, ya estaba firmando su primer contrato importante con el municipio. Lo curioso no acaba ahí. El gerente general de esta empresa, Leonardo Anthony Matos Cerrón, fue candidato a regidor en las últimas elecciones por Acción Popular, precisamente en esta misma comuna.


Según la Orden de Servicio 0000411 del 22 de abril de 2025, el servicio arrancaría oficialmente al día siguiente. Según el documento, se trata de “mejorar la imagen digital de la municipalidad mediante la creación de contenido para redes como TikTok, Instagram y Facebook, responder mensajes, y hasta analizar resultados y gestionar posibles crisis de imagen”. En total, la empresa tendría 90 días para realizar estas tareas, con pagos divididos en tres partes y entregables que van desde la creación de perfiles hasta la interacción con usuarios.

Aunque parezca un paso hacia la modernización, muchos ciudadanos ven esto como un gasto innecesario porque existen otras prioridades más urgentes para el distrito. Además, el hecho de que la empresa beneficiada tenga vínculos políticos genera desconfianza.

“Hay calles sin pavimentar, problemas de agua y seguridad, y ellos se preocupan por TikTok”, comenta indignado un vecino de la Av. 9 de octubre. La Oficina de Comunicaciones será la encargada de aprobar los informes que permitirán los pagos, lo que también levanta sospechas sobre el control interno y la transparencia del proceso.

El contrato tiene cláusulas sobre penalidades por retraso, pero en resumen, es una fórmula que, en el papel, suena técnica, pero que en la práctica podría ser otro caso de “servicio fantasma” o de “contrataciones entre amigos” disfrazadas.