Los cuerpos de quienes en vida fueron José Solís Castillo (25), y Wagner David Llanque Ángulo (33), aparecieron tras desaparecer en las caudalosas aguas del río Mararón, en el departamento de Huánuco, luego de un accidente automovilístico que sucedió hace tres meses.
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En marzo de este año la comunidad de Quivilla, en la provincia de Dos de Mayo, amaneció con una triste noticia tras enterarse que uno de sus vecinos había sufrido un penoso accidente de tránsito junto a su compañero, cuando se dirigía a su centro de trabajo, a bordo de una camioneta 4x4.
Desde aquella vez, han transcurrido 105 días dolorosos para los deudos de ambos jóvenes, quienes no daban por perdido volver a ver a sus seres queridos por última vez. Cabe resaltar, que los fallecidos trabajaban como operarios en mantenimiento de la vía carrozable del distrito de Jacas Grande.
UBICACIÓN. Corría la mañana del viernes 17 de junio, cuando de pronto un grupo de pobladores que tenía pensado pescar truchas a orillas del río Marañón, divisó un vehículo hundido. Al acercarse notaron que, al interior había dos cuerpos.
Rápidamente dieron aviso a la policía del sector, quienes enviaron un grupo de rescatistas entrenados para retirar los cuerpos atrapados entre los fierros retorcidos. La camioneta siniestrada había sido arrastrada varios kilómetros, pero se detuvo en el km. 6 de la carretera Quivilla – Huánuco, a la altura del grifo Vera.
Hasta el lugar de los hechos llegaron familiares y amigos de las víctimas.
“Ahora solo nos queda darles una cristiana sepultura. Ha sido una lucha constante, movilizando a la población, a la Policía, al Ejército, para buscar el cuerpo de mi hijo, y doy gracias por ello”, dijo David, el padre de Wagner.