La Segunda Fiscalía Penal Supraprovincial Especializada en Derechos Humanos e Interculturalidad de Ayacucho, con la fiscal adjunta provincial Khrista Katherine Tanta Gutiérrez como responsable del caso, recuperó los restos óseos y elementos asociados de Benjamín Balbino Quichca Licas, Antonio Vega Gonzales y Raymundo de la Cruz Vega, los cuales serán internados en el Laboratorio de Investigaciones Forenses de Ayacucho para el proceso de validación de identidad, entre otras diligencias.
Matanza por zonas
Las exhumaciones se realizaron en el cementerio de Espite, distrito de Vilcanchos, provincia de Fajardo; en el paraje Piscco Pata, barrio San Jacinto, centro poblado de Espite, distrito de Vilcanchos; y en el paraje Yuracc Yaccu, distrito de Santiago de Lucanamarca, provincia de Huancasancos, contando con el apoyo del Equipo Forense Especializado.
De la investigación fiscal se tiene que el 5 de abril 1983, aproximadamente a la medianoche, presuntos ‘Sinchis’, acompañados de ronderos de Lucanamarca, arribaron a la estancia de Chapccara, buscando a los senderistas que días antes participaron en la matanza de 69 comuneros, deteniendo a tres varones y una mujer, conduciéndolos al barrio San Miguel, donde llegaron al amanecer.

Tres de los detenidos escaparon y el restante fue obligado a permanecer con los captores. En dicho lugar reunieron a la población y detuvieron a cinco ciudadanos, acusándolos de terroristas. En horas de la tarde, continuaron su recorrido junto a los detenidos, llegando al barrio San Román al anochecer, aprehendiendo a un anciano y un joven.
Ese mismo día, 6 de abril de 1983, comuneros de Lucanamarca irrumpieron nuevamente en Chapccara, donde detuvieron a tres varones, llevándolos a Lucanamarca, estando en situación de desaparecidos hasta la fecha; asimismo, al pasar por el camposanto asesinaron a Quichca Licas.

El 7 de abril del mismo año, uno de los grupos partió al distrito de Sancos y al pasar por la zona de Yuracc Yuracc asesinaron a dos de los detenidos, entre ellos Vega Gonzales, llegando en la noche al punto previsto y encerrando a todos en la comisaría; al amanecer del 8 de abril, el guía fue conducido en helicóptero a la base militar de Toto; en tanto, los otros cuatro varones fueron retenidos en la sede policial, desconociéndose su paradero hasta la actualidad.
El guía permaneció poco tiempo en Totos, siendo trasladado vía aérea a San Jacinto, donde asesinaron a de la Cruz Vega.
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