La noche del miércoles 21 de octubre no será fácil de olvidar para los comerciantes que vieron arder su mercadería a causa de un tenaz incendio que consumió aproximadamente 200 puestos de venta. Las pérdidas que deja este siniestro en el mercado de contingencia de Pueblo Nuevo son incalculables, pero además este hecho vuelve a denotar la falta de capacidad de respuesta que existe en la provincia ante estas emergencias.
Cuando el fuego se extendía hacia los demás puestos, los bomberos de la Compañía Salvadora Chincha B38 aparecieron para tratar de controlar las llamas, pero una vez más la necesidad de agua restringía las respuestas ante la desesperación de decenas de vendedores que exponían su integridad para recuperar alguna de las pertenencias y lidiar con sujetos de mal vivir que aprovechaban la emergencia para saquear los puestos.