Chincha: alumnos del colegio Santa Catalina no cuentan con carpetas ni sillas para estudiar

Unicef Perú en mayo del año pasado advirtió que el país esta en una crisis educativa por factores como el déficit de infraestructura. Han transcurrido 12 meses y este escenario no cambia, ya que, existen escuelas como el Santa Catalina, ubicado en el centro poblado Hoja Redonda del distrito de El Carmen, en donde los alumnos del nivel secundaria no tienen ni sillas ni carpetas para recibir las sesiones de aprendizaje.

Déficit

La vicepresidenta de la Asociación de Padres de Familia, Aracelly Medrano, refirió que el año pasado la escuela de zona rural, incrementó su población escolar, pero su construcción seguía siendo la misma. En este 2023 hay alumnos de sectores como La Garita, Canoa, Huarangal y otros poblados adyacentes que asisten a clases en Santa Catalina y sin embargo no hay condiciones adecuadas para recibirlos.

El déficit, como ocurre en otras escuelas, es la infraestructura. Específicamente no hay mobiliario escolar para las secciones de secundaria. Los alumnos tienen que llegar temprano, formar sus colas para conseguir donde sentarse. “En el turno tarde los chicos tienen que llegar lo más temprano que puedan para tener una mesa y una silla, porque no alcanza para todos, hay algunos que tienen que estar parados”, señala la madre de familia Natalie Vergara.

Mobiliario

Para paliar esta situación se está utilizando mobiliario de primaria, sin embargo, se trata de equipamiento que deben mover los alumnos todos los días de un aula a otra y que no son adecuados para la edad de los adolescentes. El problema se agudiza -señala Medrano- en las secciones de primero, segundo y tercer año de secundaria.

El colegio Santa Catalina, antes llamado Pablo Morán Saravia, presenta además deficiencia en algunas de sus aulas edificadas desde décadas atrás que no cuentan con un adecuado tejado. A esto se suma la falta de cerco perimétrico de material noble en el lado posterior y alumbrado público en la zona de ingreso. Los alumnos del turno de tarde tienen que caminar en tinieblas en los meses que dura el invierno, expuestos a ser atacados por la delincuencia que campea por este poblado.

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