En agosto se cumplen tres años desde que se entregó el terreno para la construcción del nuevo puente Chamorro, en el distrito de El Carmen. Pese al tiempo transcurrido la obra no tiene cuando terminar y aún más acaba de ser paralizada. El motivo principal es la presencia del sitio arqueológico “Huaca Chamorro”, en el área donde se tiene previsto la ejecución de uno de los accesos a la infraestructura que permite cruzar el río Matagente.
Retraso
En el 2020 cuando se inicia la obra de Reconstrucción Con Cambios se colocó el cartel informativo. El presupuesto inicial fijado era de 41 millones 160 mil 643.69 soles. El plazo de ejecución pactado era de 330 días calendario, contados a partir del 24 de agosto. La población de Chacarilla, Chamorro y demás poblados restaban los días para contar con este puente y así recuperar la transitabilidad vehicular y peatonal.
El consorcio Bella Unión, integrada por China Railway N° 10 Engineering Group Ltd y Euroconsul Sucursal Perú, tenían menos de un año para cumplir con el contrato. Pero, la obra hasta el día de hoy sigue en ejecución. Los problemas con los propietarios de los predios que se ubican antes del ingreso al puente (para los que vienen de la carretera Panamericana Sur), retrasaban la ejecución. Sin dejar de mencionar el escándalo por presunta concertación en otras licitaciones del país en la que se vieron envueltas las compañías asiáticas.
Huaca
A la población carmelitana en marzo último, tras una reunión entre Reconstrucción con Cambios, el consorcio Bella Unión y autoridades locales se le informó que en un plazo de 60 días se iba a concluir el trabajo. Entonces faltaba poco para utilizar el puente, y como se evidencia las promesas no se honran en esta obra. Según un dirigente vecinal de Chacarilla, recién hace unos días las máquinas comenzaron a laborar para finiquitar el acceso que falta.
Sin embargo, a inicios de la semana la construcción se volvió a paralizar. La “Huaca Chamorro” que se encuentra en la margen izquierda de la carretera y a pocos metros del puente es un sitio arqueológico, reconocido por el Ministerio de Cultura. Esta zona intangible siempre existió y pese a ello no se habrían tomado acciones preventivas en su momento. La observación ahora tendrá que se subsanada para seguir con el proyecto que tanto esperan los carmelitanos.
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