El reconocido contador chinchano Miguel Torres Tasayco murió ayer sábado luego de batallar por superar la encefalopatía hipóxica, a la que decayó tras someterse a la operación de colecistectomía laparoscópica, realizada en una clínica local. Los familiares -en su momento- denunciaron presunta negligencia médica, por el que se sigue investigación fiscal contra los médicos presentes en la cirugía y los que resulten responsables.
Problema de salud
Torres, la primera semana de junio de 2023, buscó ayuda para someterse a la operación. Fue así como llegó a ser atendido por la médico Heleny Rodríguez. Para el día 6 de ese mes se programa la intervención en la clínica Nueva Salud. El paciente ingresó caminando, pero salió en camilla, siendo trasladado de emergencia del hospital San José y luego referido al nocosomio del Seguro Social de Salud René Toche Groppo. Algo había pasado en el quirófano, que desencadenó este hecho.
Sus familiares acusaron negligencia médica. El paciente por su delicado estado fue hospitalizado en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Edgardo Rebagliatti (Lima). Miguel Torres por casi dos meses estuvo intubado, luchando por su vida. Cuando sale de ese cuadro regresa a Chincha, pero ya no era el mismo, quedó postrado en cama. El reconocido profesional chinchano no superó la afectación a su salud y murió ayer.
El abogado de los deudos, Jorge Cervantes Rivera, manifestó que el caso se encuentra en investigación preparatoria en el despacho del fiscal Alejandro Almeida y que fue declarado complejo. Agregó que inicialmente la denuncia fue por lesiones culposas, pero que al ocurrir la fatalidad el proceso tendrá que ser llevado por homicidio culposo contra los que resulten responsables, además del tercero civil.
De acuerdo con el letrado falta por recopilar la historia clínica que deberá de emitir el Rebagliatti, así como el informe de la Junta de Médicos. Dijo también que durante la operación a Miguel Torres estuvieron presentes el anestesiólogo Maguin Ramírez, el cirujano Gilmer Ágreda y Rodríguez, además de una enfermera que no esta plenamente identificada para el proceso. Cervantes indica que no se habría advertido en el quirófano la coloración de uñas y labios del paciente, quien sufrió reacción adversa, también denominado “shock anafiláctico”.