Los moradores del centro poblado Huaca Grande, en el distrito de Sunampe, se han convertido en protectores de sus sitios arqueológicos y en el caso de Huaca Grande A, denunciaron la presencia de maquinarias y personal que estaban realizando trabajos que generaban afectación a este lugar.
Patrimonio Cultual de la Nación
Acusaron que la entidad municipal tendría participación en estas acciones, efectuadas en el área colindante, usado como campo deportivo. El 20 de abril de 2009, mediante RDN N°626-INC, este espacio fue declarado como Patrimonio Cultural de la Nación. Y es que se trata de una huaca habitada por el antiguo poblador Chincha entre los años 1000 a 1450 D.C. Pese al tiempo transcurrido todavía puede observarse parte de la infraestructura, incluso el lugar fue utilizado en junio del año pasado para la representación del Inti Raymi.
Los vecinos están orgullosos con su sitio arqueológico, pero el lunes vieron algo que jamás imaginaron. A la zona habían movilizado personal y maquinaria pesada, para la construcción de acequia en el perímetro del campo. En la parte posterior del arco no había ninguna observación, sin embargo, las excavaciones también se efectuaron en la parte lateral. Es decir, por el lado donde se ubica la Huaca Grande A.
Estas personas indignadas comenzaron a buscar explicación, pero a la comunidad no se había comunicado sobre ningún trabajo. Para dejar evidencia de lo sucedido, solicitaron constatación de la policía. El martes la acequia creada estaba con agua y la filtración ya se advertía en el sitio arqueológico. Los moradores notaron la presencia de personal con uniforme de color verde, que según acusan serían trabajadores de la municipalidad sunampina.
Ayer, en Huaca Grande los moradores se reunieron para defender el Patrimonio Cultural y al llegar al área afectada notaron que ya no estaban los obreros, tampoco las maquinarias, y la excavación había sido sellada, en un intento de remediar las acciones realizadas desde el lunes. Para la comunidad esto no es suficiente y exigen que tanto la inversión privada, como la institucional deben respetar el sitio arqueológico.
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