Eran las 10:40 de la noche del viernes 7 de enero, cuando una fuerte alarmó a los vecinos de la calle Ismael Aspíllaga (), obligándolos a salir de sus domicilios para averiguar si alguien había resultado herido tras el estallido.

Cámaras registraron el delito

Una vivienda ubicada en la segunda cuadra de esta calle había sido blanco de los extorsionadores, quienes colocaron un dinamita de mecha larga en la puerta de metal de la vivienda, haciéndola estallar en cuestión de dos minutos.

La vivienda afectada es de propiedad del empresario Robert Anicama Doloriert, donde reside con sus padres y familiares, quienes toda su vida se han dedicado a vender agregados para la construcción de viviendas, siendo en esta oportunidad víctima de la delincuencia desatada en la provincia pisqueña.

Una de las cámaras de seguridad permitió registrar el minuto a minuto del atentado, donde se observa a un sujeto de contextura gruesa llega con una gorra, capucha, buzo y zapatillas oscuras para encender la dinamita y emprender la fuga corriendo.

La fuerte explosión destruyó una puerta de metal y afectó otra de madera que conduce a un segundo piso y lunas que se dañaron por el fuerte ruido que se escuchó a varias cuadras a la redonda, haciendo temor lo peor a quienes a esa hora descansaban en sus hogares

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