se reunieron ayer en el Santuario de la Virgen del Rosario de Yauca para participar del tradicional “barrido”. Esta jornada no es solo una limpieza del templo y sus alrededores: es un acto de fe colectiva que marca el inicio de las

Fe que moviliza

Desde muy temprano, familias enteras, grupos de escolares y peregrinos provenientes de diferentes puntos del país llegaron al santuario para sumarse a esta actividad simbólica, que representa la purificación del corazón y la preparación espiritual para los días centrales de celebración.

“Vengo con mucha devoción. Soy de Ica y es la primera vez que participo en el barrido. Se siente una paz y una esperanza única”, compartió una devota visiblemente emocionada. “También participo en la peregrinación y la procesión. Mi familia viene desde Lima para ver a la Virgencita, que es muy milagrosa. A los jóvenes les diría que se acerquen más a la religión, les puede ayudar a encontrar un buen camino en la vida”.

El “barrido” también contó con la participación de decenas de escolares, en una tradición que las instituciones educativas han mantenido viva por generaciones.

“Como todos los años, nuestra institución viene con todos los niños. Este es el inicio de nuestras actividades religiosas y una invitación a que toda la comunidad visite a la Virgen”, señaló una docente.

Historias como la de una mujer que asiste desde los seis años —y que ya suma más de tres décadas de participación— reflejan el arraigo de esta festividad: “El mensaje es que tengan fe y que pidan siempre de corazón”.

Las actividades religiosas continuarán en los próximos días. El párroco José Carpio recordó que las novenas siguen hasta la próxima semana, y que el calendario festivo se intensifica con la llegada de octubre.

“El domingo 5 es el día central, con la gran procesión. Octubre es un mes importante para nuestra fe: el primer domingo celebramos a la Virgen de Yauca, y el tercer domingo al Señor de Luren. Son fechas que nos mueven profundamente”, expresó.

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