Entre enero y julio de 2025, se registraron 451 denuncias por extorsión, un aumento del 28,9 % respecto al mismo periodo de 2024, cuando se contabilizaron 350 casos, según cifras del Sistema de Denuncias Policiales.
Extorsión con dinamita
Las estadísticas no son nuevas, pero sí cada vez más graves. Según el Instituto Peruano de Economía, entre 2019 y 2024, las denuncias por extorsión se cuadruplicaron en la región, mientras que la tasa de homicidios casi se duplicó: pasó de 4,3 a 7,9 por cada 100.000 habitantes.
La violencia no solo se refleja en números. Los atentados con armas de fuego y explosivos se han vuelto parte del día a día en distintos puntos de Ica.
En junio pasado, delincuentes dispararon al menos cuatro veces contra una vivienda ubicada entre las avenidas San Martín y Túpac Amaru. Las balas atravesaron los vidrios y perforaron paredes. Dentro de un sobre manila, los atacantes dejaron una nota de extorsión: exigían S/50.000 y finalizaban el mensaje con amenazas directas: “Atentos a la llamada” y “Somos LIDN”.

Los ataques con explosivos también se han intensificado. Uno de los más recordados ocurrió en la subida a Huacachina, donde una carga de dinamita fue detonada junto a un vehículo estacionado frente al local Hakuna Matata. Al día siguiente, otro atentado similar dañó una camioneta en el distrito de Parcona. En ese mismo distrito, días después, se halló un cartucho de dinamita frente a una vivienda.

El último fin de semana, un nuevo estallido sacudió la urbanización Santa María, en la zona conocida como “la letra O”. Un explosivo detonó en el frontis de una casa, dañando la cerámica del patio y la puerta de fierro. El propietario relató que un miembro de su familia había recibido amenazas directas: desconocidos le exigían el pago de S/10.000 bajo la amenaza de matarlo.

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