Donación de órganos en Ica: historias de vida
Donación de órganos en Ica: historias de vida

Una mañana del 2007, Cristhian Mejía Fajardo (34) salió a trabajar al campo, en el distrito de Subtanjalla, cuando sufrió la picadura de una araña en el brazo derecho. Al caer la noche, el joven empezó a orinar sangre y temió lo peor.

Logró controlar el veneno en el centro de salud y desde aquel año su vida cambió para siempre. En noviembre del mismo año le diagnosticaron insuficiencia renal y los médicos del Hospital EsSalud Augusto Hernández le dijeron que en parte era por la picadura del arácnido y otra por sufrir presión alta.

Los últimos once años de su vida se estuvo dializando en el nosocomio iqueño para seguir con vida mientras empezó gestiones para ser un paciente en espera de un donante de riñón y recibir un trasplante de órganos.

“Los primeros años estuve con un psicólogo porque era traumático estar casi crucificado a la máquina dializándome la sangre por más de tres horas. No me lograba adaptar porque eran tres veces a la semana”, recuerda el joven padre de un niño de 9 años.

Cristhian hace ocho años estuvo en lista de espera. Acudía de forma frecuente a Lima para recibir evaluaciones constantes, hasta que el 18 de enero de este año logró de forma exitosa el trasplante del riñón en el Hospital Nacional Edgardo Rebagliati de Lima.

A cuatro meses del trasplante de dos nuevos riñones, Cristhian Mejía, originario de la provincia de Chincha, lleva un mejor vida. “Tenía que luchar por mi hijo José Danilo. Quiero verlo crecer”, dice luego de superar el mal y todavía recibe tratamiento.

Así como Cristhian Mejía, en el hospital de los asegurados iqueño hay ocho pacientes en lista de espera de recibir un donante de riñón y 360 personas en hemodiálisis.

El presidente del Comité de Trasplantes del citado nosocomio, Alberto Ramírez Munayco, dijo que el Perú ocupa los últimos lugares respecto a la donación de órganos y tejidos en Latinoamérica. En el Perú existen apenas dos donantes de órganos por cada millón de habitantes.

El año pasado, en la región Ica se presentaron hasta 13 donantes de órganos, pero al final ninguno de los fallecidos logró donar por oposición de los familiares.

El médico Ramírez señala que la negativa de los familiares obedece principalmente porque cuando retiran los órganos y tejidos se deforma el cuerpo; y porque también existe un desacuerdo familiar.

El último intento de los profesionales del Hospital Augusto Hernández fue el pasado lunes 21, cuando intentaron convencer a los familiares de un paciente, que tenía muerte cerebral en el nosocomio Santa María del Socorro, para que donaran sus órganos, pero se negaron.

HISTORIAS. Ronald Escalaya Ramos (57) llevaba una vida tranquila hasta el 2008, cuando le detectaron insuficiencia en el riñón derecho. Desde aquel año empezó a llevar una rigurosa dieta que le permitió vivir sin mayores problemas.

Los hermanos de Ronald estuvieron dispuestos a donarle el otro riñón, pero durante los estudios realizados ninguno logró calificar.

Pese al cuidado, los riñones se fueron deteriorando y entró a diálisis para seguir con vida. El empleado de una agrícola volvió a sonreír con la aparición de un donante. El 18 de julio del año pasado le realizaron el trasplante del riñón dañado y hoy lleva una vida tranquila, pero sujeto a ciertos cuidados médicos.

La donación de un corazón le permitió volver a vivir con tranquilidad a Luis Moquillaza De la Cruz (46), cuando el 2006 le detectaron cardiopatía dilatada.

Con el tiempo, le dio un paro cardiaco y fue internado de emergencia en el Hospital Rebagliati y le implantaron en el pecho un desfibrilador y vivió con ese equipo por una década.

El 2016, el paciente estuvo en un estado crítico porque la falla cardiaca era una enfermedad progresiva y volvió a ser internado en el hospital capitalino.

A principios de abril del 2016, Luis Moquillaza sufrió una descompensación severa y era necesario el trasplante del corazón. El 15 de abril del mismo año apareció el donante y casi de inmediato se hizo la operación en el Instituto Nacional Cardiovascular (INCOR).

Califica como un milagro la aparición del donante, porque era “un donante multiórganos”. En total, donó seis órganos a pacientes compatibles.

A dos años del trasplante, Luis Moquillaza lleva una vida tranquila, pero debe cumplir ciertas recomendaciones médicas como no trabajar con estrés y no realizar labores forzadas. Hoy disfruta su familia por la donación de órganos.

Hoy, en el Día Nacional del Donante, el médico Alberto Ramírez exhorta a la población iqueña de la importancia de ser un donante de órganos y tejidos. “La donación es un acto de bondad y significa devolverle a una persona la calidad de vida plena”, señala.

Asegura que Ica tiene el mayor número de pacientes con insuficiencia renal debido a la mala cultura de la buena alimentación, como tomar dos litros de agua pura al día, comer verduras, frutas y jugos. “Se debe tener una dieta diaria abundante en frutas y verduras”, recomienda.

Añade que se debe disminuir el consumo de sal y de comida alta en grasas sobre todo comida chatarra.

Dar vida después de la muerte

La muerte de un hijo es lo peor que le puede pasar a un padre y esto lo sabe muy bien el periodista Eber Sotomayor, padre de la niña, quien con solo cuatro añitos sufrió un accidente de tránsito que a la larga le costó la vida. 

El hombre de prensa recién en Lima pudo conocer la triste realidad de niños que están en una larga espera de un trasplante de órgano.  Él tomó conocimiento de esta problemática luego que su mejor hija fuera trasladada a Lima por la gravedad de sus heridas ya que tenía hemorragia cerebral. 

Ya en la capital Mía Nicole fue operada, pero los médicos del Instituto Nacional de Salud del Niño no pudieron evitar la muerte cerebral.

“En pocas horas sus órganos también morirán”, le dijeron al inconsolable padre.

Los galenos se encargaron entonces de convencerlo para que su pequeña trascienda de este mundo dándole la oportunidad a otros niños de continuar viviendo.

La decisión, previas consultas a sus familiares, se dio entonces. Mía Nicole donó un pulmón, su páncreas, sus dos riñones y su hígado y así dio una segunda oportunidad a varios niños que estaban luchando durante años contra enfermedades difíciles y tratamientos dolorosos.

“Hasta ese entonces ni su madre ni yo teníamos idea de que había tantos niños esperando un trasplante de órgano para seguir viviendo”, comentó Sotomayor.

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